2. Guettos de ricos en Buenos Aires
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- Categoría: Número 13
- Publicado el Martes, 01 Junio 2004 21:00
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De la producción de la "ciudad de masas" al consumo de la "ciudad carcelaria"
Por la Arq. Daniela Szajnberg
Especialista en Planificación Urbana y Regional
Docente FADU-UBA - Becaria Doctorado UBA
Jornadas de Sociología "Taller Urbano" - 7 de noviembre de 2000
Carrera de Sociología-Facultad de Ciencias Sociales - UBA
Mucho se ha hablado sobre los efectos dualizadores de la globalización y la reestructuración económica sobre la "cultura urbana". En la ciudad primada de Argentina, estos impactos se perciben como una serie de tribulaciones, que en el caso del vasto grupo de sectores socioeconómicos medios que la caracterizaran respecto de otras ciudades primadas lat inoamericanas, habrían recreado una reestructuración fragmentaria.
A partir del enfoque teórico referido a la conformación y desarrollo de las ciudades, que presume al espacio urbano como manifestación, y no como consecuencia, de la compleja estructura socio-cultural y económica de la sociedad que alberga, nos remitiremos al análisis de este nuevo fenómeno, que involucra emprendimientos residenciales amurallados, entre otros "objetos" que forman parte de estos nuevos consumos culturales urbanos (asociados al ocio, la recreación, el abastecimiento de bienes y servicios, el transporte, la movilidad), y que revelan los profundos cambios producidos en la sociedad metropolitana de Buenos Aires a fines del siglo pasado.
Como cometido facilitador para la comprensión del proceso que analizaremos, propondremos primero, un recorrido descriptivo de los "guettos de los ricos" conformados por "torres amuralladas" y "urbanizaciones cerradas", en tanto objetos arquetípicos de la cuestión enunciada, para luego establecer sus contrapuntos explicativos, en relación con el espacio residencial de los sectores medios, que enarbolara el paradigma de la "ciudad de las masas" desde mediados del siglo XX hasta los setenta, y en la que los sectores medios en esplendor, hallaran cabida como "propietarios", a partir de la normativa referente a la "propiedad horizontal" y la política crediticia del Banco Hipotecario Nacional.
Breve revista descriptiva del "espacio residencial amurallado" conformado por "torres amuralladas" y "urbanizaciones cerradas" en la metrópolis de Buenos Aires
En el primer período de "densificación vertical" significativa de la ciudad de Buenos Aires, "la posibilidad de actuación de empresas pequeñas y medianas poco tecnificadas y la producción irrestricta de un tejido urbano discontinuo y desarticulado" (Torres, 1993), generó un paisaje urbano en el que afloraron las medianeras ante la preexistencia de construcciones de pocas plantas. El tejido urbano compacto y socialmente heterogéneo resultante de este proceso, fue conformado por la adición de edificios en "propiedad horizontal" que completaron la trama regular, mayoritariamente bajo la tipología "edificio entre medianeras". Este tipo de espacio residencial fue el resultado de una combinación de políticas habitacionales, crediticias y urbanísticas orientadas a cubrir la expectativa de vivienda en el área central, por parte de una prevaleciente masa de sectores medios, que fue la que caracterizó dicho territorio hasta la década del `70. Entre otros agentes, el Banco Hipotecario Nacional, antes de su estancamiento durante parte de los `70 y hasta principios de los `90 1, habría cumplido un papel fundamental, mediante sus programas de crédito a largo plazo, y también promoviendo en forma masiva la tipología de edificios entre medianeras, que era más abordable desde los agentes dedicados a proyecto y construcción de los mismos, según el estado del oficio y la ecuación tecnología-rentabilidad-ocupación de mano de obra calificada y no calificada, según el paradigma productivo de ese momento.
En cambio, el tipo de espacio residencial que estaría redensificando Buenos Aires en los noventa, ha transmutado hacia un patrón más denso de ocupación del suelo, con un tejido abierto, discontinuo, "hiperespecializado" y socialmente homogéneo al interior de cada emprendimiento, planteando una "ruptura del modelo europeo de ciudad, no sólo en términos de tejido y morfología urbana sino también de los modos de articulación entre lo público y lo privado, donde se estaría diluyendo la ciudad como objeto público, como ámbito de lo colectivo, como espacio de sociabilidad y encuentro" (Mignaqui, 1998). Diferente es el paradigma productivo, y en consecuencia, diferentes son los agentes, actores y estrategias involucrados con esta nueva modalidad de espacio residencial, cuyo común denominador es la muralla, el encerramiento. A meros efectos descriptivos, como primera medida, el siguiente cuadro sintetiza los principales rasgos de los emprendimientos inmobiliarios residenciales amurallados, según un conjunto de variables configurativas de las tipologías, que a efectos del estudio de referencia 2 hemos determinado.
Algunos aspectos descriptivos de emprendimientos residenciales multivivienda amurallados (TA), orientados a sectores medio-altos y altos |
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Tipología |
Rasgos cualitativos distintivos |
Altura edilicia estimativa (pisos edificados) |
Superficie total estimada del predio (m²) |
Densidad poblacional relativa para área central de la RMBA |
Superficie por unidades funcionales (m² propios) |
Precio promedio del m² en venta * |
T1 |
Torres de alto standard con infraestructura y servicios especiales y suntuosos (deportivos, recreativos, parques), con calidad constructiva y detalles de alta categoría. Patrón urbanístico de 1 o 2 torres (perímetro libre) |
25 a 50 |
5700 a 12700 (1/2 a 1 manzana urbana) |
muy alta a alta |
pisos únicos de 200 a 600 |
1500 a 2200 |
T2 |
Torres de standard medio alto a medio, con infraestructura y equipamiento colectivo (deportivo, recreativo, espacios verdes). Patrón urbanístico de 2 a 4 y 6 torres (perímetro libre) |
20 a 30 |
5000 a 10000 (1/2 a 1 manzana urbana) |
muy alta a alta |
departamentos 2 a 4 ambientes de 50 a 100 |
850 a 1100 |
T4 |
Edificios con valor patrimonial arquitectónico, refuncionalizados o conjuntos de lofts con infraestructura y servicios especiales y en algunos casos, espacios verdes comunes. Patrón urbanístico: claustros con balconeo central o galpones sueltos interconectados con puentes. |
4 a 6 |
9000 a 12700 (manzanas completas) |
media a medio-baja |
lofts de 80 a 400 con doble altura (dúplex) |
1000 a 1500 |
T6 |
Condominios con infraestructura y servicios especiales. Patrón urbanístico: bloques de viviendas agrupadas y torretas. |
Bloques de 1 a 4 niveles más torretas de hasta 12 pisos |
9000 a 12700 (manzanas completas) |
media a medio-baja |
casas adosadas y departamentos de 50 a 100 |
1000 a 1500 |
Elaboración propia a partir de lanzamientos inmobiliarios residenciales relevados a través de avisos clasificados y publicidad, según variables seleccionadas ad hoc. * Incluye el precio del lote prorrateado según la superficie de cada unidad funcional de vivienda.
Las tendencias de localización de estos emprendimientos 3, consolidan y refuerzan los tradicionales corredores urbanos residenciales verticales norte y oeste, produciendo la confirmación del carácter "elitizado" de zonas que venían evolucionando en este sentido desde los `70 (como la Av. Del Libertador y el barrio de Belgrano) y la renovación de zonas degradadas como Flores o el entorno de la Av. Sta. Fé y Juan B. Justo en Palermo.
La tipología T1 se localiza con casi predominio en el corredor norte, principalmente en los barrrios de Belgrano y Palermo, aunque hay también algunos casos en Recoleta y Retiro. La tipología T2, en cambio, presenta una distribución geográfica menos lineal, priorizando la zona intersticial entre los corredores residenciales norte y oeste: la zona noroeste. Si bien hay unos cuantos casos de localizaciones sobre ambos corredores (norte y oeste), más del 50% de estos emprendimientos, han elegido radicarse en barrios como Almagro, Caballito, Villa Crespo, Villa Urquiza, Villa del Parque o Colegiales. Los T6, en tanto requiere de una relación de mayor superficie del suelo por unidad funcional, dada su menor intensidad de uso del suelo, encuentra rentabilidad en localizaciones más periféricas como los barrios de Versailles, Villa Devoto, Villa Pueyrredón, Villa Ortuzar, Chacarita, Colegiales o Villa Gral. Mitre. La tipología de lofts (T4), lógicamente se va dando sobre las zonas de mayor antigüedad en la conformación de la ciudad, dado que su esencia es la recuperación y refuncialización de edificios en desuso y áreas degradadas. En este caso entonces, los barrios elegidos son (además del nuevo, Puerto Madero), San Telmo, Monserrat, Balvanera, San Cristóbal, Boedo, aunque hay algunos casos en barrios vinculados a la actividad industrial y logística que se daba en torno a los ramales ferroviarios (Colegiales, Chacarita, Floresta, Caballito).
A partir de la muestra de 217 emprendimientos que cumplen con estas características, las estadísticas generales sobre su distribución tipológica arrojan los siguientes resultados:
Podemos observar cómo prevalece la tipología T2 que absorbe más de la mitad del total de emprendimientos registrados, y es la que se asocia principalmente con los sectores socioeconómicos medios, dado no sólo el valor acomodado del m² en venta, sino también las modalidades de financiación, la modalidad de gestión de la operatoria ("desde el pozo") y el programa de actividades "prometido", aunque éste no siempre resulte coincidente con la obra arquitectónica ejecutada.
La tipología T1, lógicamente abarca un grupo mucho más reducido del mercado, lo que se condice con la proporción de emprendimientos destinados a estos sectores, pero igual destacamos que se trata de un volumen considerable, que pone en evidencia, al menos potencialmente, la existencia de una similar masa de "consumidores" con condición socioeconómica suficiente para poder afrontar precios de venta de más de 1500$/m², en la mayoría de los casos sin financiamiento.
La T6 es una modalidad de más reciente data, podríamos decir que su aparición se efectiviza luego del año 1997. La T4, esencialmente se encuentra acotada a la existencia de edificios antiguos en desuso que presenten valor patrimonial arquitectónico o de otra índole que amerite su recuperación y refuncionalización.
En cuanto a las urbanizaciones cerradas (UC) que se localizan exclusivamente en el área suburbana de la metrópolis de Buenos Aires, una de las clasificaciones tipológicas más consensuadas sería la de "barrios cerrados" (BC), "clubes de campo" (CC), "clubes náuticos" (CN), "clubes de chacras"(Ch) y "grandes emprendimientos" -ciudades o pueblos privados- (GE).
Por este tipo de emprendimientos entendemos entonces: "polígonos cerrados, de acceso restringido y muy baja densidad que combinan residencia con espacios comunes destinados a actividades recreativas, sociales y deportivas, infraestructura, equipamiento, servicios especiales y sofisticados sistemas de seguridad y vigilancia privada, dentro de grandes espacios verdes con cerco perimetral" (Szajnberg, 2000b).
Existen Partidos especializados en alguna tipología, dependiendo de sus ventajas comparativas o sus políticas de desarrollo territorial, pero por sobre todo debemos resaltar que esta dinámica inmobiliaria acelerada se ha dado como vemos, en corredores del territorio vinculados directamente con la traza viaria de las autopistas y el equipamiento de consumo asociado a las mismas, elucidando en el territorio la huella de la nueva estratificación socioeconómica metropolitana producida durante los noventa, mediante "zonas brillantes y zonas opacas" (Ciccolella, 1999) en términos de desarrollo socio-territorial.
Las UC se localizan en partidos de la RMBA servidos por autopistas aranceladas, y su tejido disperso genera una ruptura con la trama y tejido de los centros urbanos más próximos, y consecuentemente, un nuevo mapa socioterritorial metropolitano. De las 449 UC relevadas hacia fines de 1999 4, el 59% corresponde a la tipología de BC, el 29% a CC y el 12% a CH, CN y GE. Si contrastamos la superficie de suelo consumida por UC en la RMBA (casi 400 km²), la tipología CH absorbe el 45%, la CC el 30%, la BC el 14,5%, la GE el 8%, y la CN, 3%. Las UC se localizan con preeminencia en el corredor norte (Autopista Panamericana) absorbiendo 72% del total, en el oeste (Autopista del Oeste) 13%, el suroeste (Autopista Ricchieri-Ezeiza-Cañuelas) 9.5% y el sur (Autopista Buenos Aires-La Plata) 5.5%.
Nuevamente, con el objeto de presentar una descripción sintética de las unidades de análisis en cuestión, apelaremos al siguiente cuadro síntesis:
Algunos aspectos descriptivos de emprendimientos residenciales suburbanos amurallados (UC), orientados a sectores medio-altos y altos en la RMBA, lanzados comercialmente en los `90 como vivienda permanente |
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Tipología |
Rasgos cualitativos distintivos |
Superficie total de suelo (has) |
Densidad poblacional relativa área suburbana de la RMBA |
Superficie de lotes (promedio de m²) |
Precio promedio de los lotes ofertados ($/m²) * |
BC |
Urbanizaciones de perímetro cerrado y acceso restringido, destinadas a residencia permanente, con equipamiento comunitario de acceso restringido, pudiendo localizarse en área urbana o suburbana. En algunos caso posee equipamiento deportivo como actividad complementaria |
de 0.64 a 250 (promedio: 22) |
baja a medio-baja |
de 200 a 9500 (promedio: 1313) |
98.73 |
CC |
Complejos de perímetro cerrado y acceso restringido, en área no urbana que no conforma núcleo urbano, con equipamiento deportivo, social y cultural y un área destinada a la actividad residencial, que hasta los ´90 era para fin de semana |
de 3 a 450 (promedio: 94) |
baja |
de 200 a 20000 (promedio: 1313) |
76.64 |
CN |
Especificidad de los CC y los BC con infraestructura y marinas para deportes náuticos, limitando al menos en un borde con espacios costeros |
de 3 a 345 (promedio: 96) |
baja a medio-baja |
de 550 a 1500 (promedio: 859) |
224 |
Ch |
Complejos de perímetro cerrado y acceso restringido, con unidades residenciales de carácter "semi-rural", en área no urbana sin conformar núcleo urbano, con superficie destinada a pequeñas actividades agropecuarias (productivos o de esparcimiento), pudiendo contar con equipamiento colectivo deportivo, social o cultural común o no |
de 3 a 2150 (promedio: 513) |
muy baja |
de 1000 a 100000 (promedio: 18550) |
8.02 |
GE |
Generalizan a pueblo privado y ciudad privada. Complejos urbanos con infraestructura y equipamiento para abastecimiento y atención de cuestiones cotidianas, puede manifestarse con áreas residenciales cerradas y áreas de equipamiento colectivo abiertas (con acceso directo). Pueden mixturar barrios náuticos, "countries", residencias exclusivas y viviendas multifamiliares, con equipamiento cotidiano y de mayor envergadura (universidad, "shopping", hipermercado, estaciones de transporte público, salud educación, comercio, institutos tecnológicos) y se diseñan mediante "Master Plans". |
De 550 a 1600 (promedio: 867) |
variada |
de 117 a 1200 (promedio: 965) |
57.5 |
Elaboración propia en base a relevamiento de información sobre 449 emprendimientos en avisos clasificados y suplementos comerciales especializados. * El precio de venta del lote no inlcuye el m² de construcción. Este último ronda los 550y los 1500 $/m², según la categoría constructiva, las comodidades y la superficie de la vivienda y si se trata de la modalidad de venta por catálogo (sistema housing) o diseño y construcción a cargo del comprador.
Un estudio detallado de los montos globales que un grupo familiar debe desembolsar para la adquisición de un terreno y la construcción de su respectiva vivienda bajo esta modalidad, revela un amplio abanico, que nuevamente, cubre a los sectores medios según los mismos se han re-estratificado en el último decenio 5. Por otra parte, si nos detenemos en la distribución relativa de las tipologías de UC relevadas, hallamos lo siguiente:
Más allá de la superficie real de suelo consumido en función de cada tipología, según la cual la incidencia relativa varía notablemente, al punto de invertir estas tendencias, el predominio notorio de los BC nos da la pauta de que el fenómeno se agudizó en la década del ´90, ya que esta tipología surge en este período (la CC, mucho antes, aunque ahora dé otra prioridad a la actividad residencial). En definitiva, el "boom" de emprendimientos amurallados con seguridad privada e infraestructura y servicios especiales, en localizaciones privilegiadas, viene a dar cuenta de cambios en la modalidad de producción, gestión, y pautas de consumo del espacio residencial. "Si se indaga el impacto del nuevo contexto institucional y económico sobre los actores vinculados a la producción de la ciudad, se observa que la modalidad "iniciativa pública-desarrollo privado" marca un corte cualitativo en relación con los roles del Estado referente a las concepciones y prácticas urbanísticas precedentes. (Mignaqui-Elguezábal, 1997). Entre los principales actores, el desarrollador 6, emprendor y coordinador de distintas instancias de este tipo de emprendimientos y en ciertos casos, capitalista, es el agente paradigmático del proceso analizado. En ocasiones, se trata de agentes extranjeros atraídos por ventajas comparativas para invertir en "real estate", respecto de otras ciudades del mundo 7, que se asocian a agentes locales por su experiencia autóctona. Tal es el caso del húngaro George Soros (cuyo "brazo" local sería IRSA) especializado en la producción de torres amuralladas (T2) en la ciudad de Buenos Aires o Nordelta (inversores suizos y Consultatio) una nueva ciudad, compuesta de diversas urbanizaciones cerradas y equipamiento urbano, en el área suburbana norte. La RMBA ha presentado en los ´90 atractivos para inversiones en bienes raíces (proveniente de capitales globales tanto como locales).
La consultora inmobiliaria individualiza las preferencias del cliente y el "broker", además de vender lotes o casas, se ocupa de la estrategia de comercialización ("marketing" y publicidad). A veces detectan áreas de oportunidad, y otras aportan el capital inicial en la compra de terrenos de especulación. La sociedad financista y la "originante", aportan capital (propio o bancario). Entre los agentes económicos, los Fondos Comunes de Inversión (capitales locales y extranjeros) adoptan un protagonismo inusitado. Por otra parte, impactantes transformaciones ha sufrido el tradicional estudio de arquitectura, interactuando con planificadores, paisajistas, asesores hidráulicos, agrimensores, urbanistas, en una tarea interdisciplinaria mientras que las torres la constructora ha de contar con tecnología racionalizada. Por ejemplo, para las urbanizaciones cerradas, surge la modalidad de viviendas por catálogo (sistema "housing"), que "dejaría afuera" al tradicional arquitecto proyectista, tal cual lo conociésemos funcionando en pequeños y medianos estudios profesionales. Asociaciones u organizaciones no gubernamentales como la "Federación Argentina de Clubes de Campo" o el "Salón de Emprendimientos Inmobiliarios", potencian las UC cerradas, en lo económico, financiero, legal y gerenciamiento. En el caso de las TA, ha trascendido el accionar de instituciones apoyando la producción de normativa y políticas de vivienda como la Ley 24441/94 para financiamiento de la vivienda y la construcción, que crea la "titulización de hipotecas"8 o el "fideicomiso", surgiendo en las operatorias del BHN, las Sociedades Originantes 9, masificándose a mediados de década, las torres amuralladas con infraestructura para los sectores medios (T2).
Entre algunos de los actores estatales, los gobiernos locales cobran relevancia, en virtud de la descentralización administrativa operada sobre la figura de los Municipios (que impactara significativamente en la Provincia de Buenos Aires), y la autonomía de la ciudad de Buenos Aires, todo ello, producto de reformas y re-acomodamientos institucionales del último decenio del siglo XX. A raíz de las estrategias de "marketing urbano 10" con que cada Municipio compite para atraer inversiones, la aprobación de emprendimientos que implicasen excepciones o cambios de zonificación, han llegado a trascender como "cuestión de Estado". El punto de encuentro entre la demanda y la oferta de estos emprendimientos es una respuesta de la producción inmobiliaria a un mercado dominado por los sectores medio-altos y altos, que por identificación con variables vinculadas a seguridad, ecología, identificación comunitaria, inclusión-exclusión, telecomunicaciones e infraestructura viaria, además de la diversificación de la política crediticia desde el sector privado y el público, conforman un mercado potencial para este tipo de operaciones inmobiliarias. Un subgrupo de este universo poblacional, es protagonista de un proceso de emigración hacia la periferia, adoptando el espacio residencial suburbano como primera residencia, mientras que otro, protagoniza el proceso de densificación y ruptura del tejido urbano de los corredores residenciales en altura del área central, optando por torres, también con cercado perimetral con infraestructura y servicios especiales, garantizando la exclusión de los aspectos no deseados de la dinámica urbana, y tendiendo a acceder a modalidades diferenciales de vida dentro del área central.
Al haberse incrementado en un período tan breve, la oferta de urbanizaciones cerradas y torres amuralladas, las estrategias de comercialización y producción apuntan las características distintivas (expensas, actividad -náutica, hípica, golf, granja, natación, "spa"-, servicios televisivos internos de alta tecnología, piscina para niños, guardería, etc.), y valiéndose de costosas y periódicas campañas publicitarias (medios gráficos y "showroom"), e incluso en la estrategia de productos con sello o marca.
En síntesis, la penetración de capital inmobiliario internacional y la "globalización" de pautas de consumo del espacio urbano bajo esta nueva modalidad más segregativa , conforman un campo fértil para la proliferación de este nuevo tipo de hábitat, antitético con las pautas de consumo y estructuración del espacio precedentes, conformando un territorio con menos heterogeneidad, dualizado por la "estigmatización" y revalorización simultánea del espacio residencial.
Análisis de los "ghettos de ricos" desde una mirada socio-cultural
Una vez identificados los actores protagonistas del proceso descripto, así como sus estrategias, proponemos deconstruir la cuestión desde una perspectiva socio-cultural, que intente aportar elementos explicativos de la conducta de consumo adoptada por los mismos.
Diversos autores se han interesado por describir y analizar las transformaciones de la estructura socio-económica Argentina, desencadenadas por el proceso de ajuste económico que se agudizó en los noventa. A modo de introducción y sólo eso, vamos a mencionar que si existe un punto de acuerdo básico, es que el perfil social resultante de la nueva forma de distribución del ingreso y la riqueza ha dado una composición societal más heterogénea, donde los pobres ya no son sólo pobres, los ricos, tampoco sólo ricos, ni los sectores medios, sólo sectores medios. Si hay algo que caracteriza este último tramo del siglo XX, ha sido la desestructuración y reestructuración de las franjas socioeconómicas tal cual las conociéramos, a través de un proceso que generó ascensos y descensos, ganadores y perdedores, y en consecuencia, la aparición de nuevas categorías para definir a los grupos que pasaron a formar parte de estos nuevos estratos socioeconómicos, aparentemente de carácter más indefinido. "Nuevos ricos", "nuevos pobres", "empobrecidos", se los llamó. Y así, cada estrato preexistente pudo ser desagregado en subgrupos, con capacidades y demandas cada vez más diversificadas.
En este sentido, al proceso que oportunamente han dado en llamar "cuesta abajo", habría que acompañarlo de otro que podría definirse como "cuesta arriba", puesto que, al menos en la metrópolis de Buenos Aires y ya a fines del decenio en algunas de las metrópolis más importantes del país (Córdoba, Mendoza, Salta), una parte de la población, en proporción mucho más ínfima que la de quienes han descendido, se ha podido reacomodar "positivamente" en la nueva estratificación social. Maristella Svampa 12 plantea que durante los `90, el proceso de dualización socio-económica en Argentina se habría recreado dentro del seno de los sectores medios, de modo que a través del "desencastramiento" de la cultura de integración que caracterizó a nuestras sociedades urbanas durante el cuarto de siglo anterior, los distintos estratos ingenian estrategias de diferenciación social, dentro de las cuales los "nuevos pobres" buscan diferenciarse de los pobres medios y estructurales, y los sectores "medio-altos" y "medios en ascenso", buscan asimilarse a los sectores altos, dando surgimiento a una nueva clase media, portadora de una nueva cultura asociada a la cultura narcisista, que va a demandar su "autorrealización" dentro de la esfera privada, en un proceso de integración "desde arriba", que posibilita la afinidad selectiva entre los sectores medios "exitosos" 13 y los sectores altos. Esos grupos medio-altos "tendieron a desarrollar lo que podría llamarse una cultura "internacionalizada", básicamente por la adopción de patrones de consumo análogos a los de esas clases en los países avanzados, en especial en los EEUU" (Pírez, 1999).
Una de las principales manifestaciones espaciales de las estrategias de diferenciación socioeconómica de estos grupos en el contexto de esta suerte de "cultura posmoderna globalizada", se da a través del "espacio residencial encerrado", en tanto como objeto predominantemente mercantilizado, canaliza la demanda de un nuevo hábitat y estilo de vida, legitimada por factores vinculados a la creciente merma de las condiciones socio-ambientales de la metrópolis tradicional. En este sentido, "el creciente empobrecimiento de amplias capas de la sociedad urbana ha encontrado su combinación fatal en una retirada del Estado, que se manifiesta en la decadencia de infraestructuras de la ciudad, en la caída de las instituciones clave de la cohesión social como la escuela, en la baja calidad del medio ambiente, en la aparición protagónica del tema de la seguridad en el repertorio de los problemas acuciantes" (Gorelik, 1999 : 23), lo que habría traído aparejado a la caída económica de extensos sectores de las capas bajas y medias, y al ascenso de un pequeño grupo de estas últimas, una percepción radicalizada de consolidación de un nuevo modelo de fractura social y su correlato territorial urbano - metropolitano. "La aceptación de este nuevo paisaje es sin duda una transformación gigantesca en una sociedad que, al menos hasta hace dos décadas, se autorrepresentaba en un horizonte de expansión de las fronteras sociales y urbanas, a partir de un imaginario de la inclusión" (Gorelik, 1999 : 23), representación que en los noventa habría sido trastocada definitivamente, por la concreción efectivamente materializada de objetos urbanos que evidencian en el espacio metropolitano las fracturas socioterritoriales enunciadas (autopistas aranceladas 14, hipermercados, "malls", "shopping centers", parques temáticos de ocio y recreación 15, hotelería internacional 16, polígonos empresariales 17, UC y TA 18).
A efectos de nuestro objeto de análisis, resulta pertinente ensayar algunos aportes provistos por una de las perspectivas contemporáneas de la teoría del consumo. Asumiendo el creciente predominio de la "cultura" de consumo, ya no tanto como derivación directa de la producción en relación con la teoría de la cultura de masas, M. Feathersotne pone énfasis en tres perspectivas fundamentales en relación con la cultura de consumo: una concepción plantea como premisa la expansión de la producción capitalista de mercancías, otra la relación de satisfacción proporcionada por los bienes dependiente de la exhibición y conservación de las diferencias (status), y una última, asociada a la cuestión de los placeres emocionales, sueños y deseos del imaginario cultural consumista (Featherstone, 1995:31).
De la primera, la devenida de la economía clásica, nos interesa resaltar en relación con nuestro objeto de análisis, que la expansión de la producción capitalista post-fordista, necesitó de nuevos mercados y nuevos consumidores, educados para ello por medio de la publicidad y la "media", que desde la teoría de la "reificación", la misma lógica de la mercancía y la racionalidad instrumental de la producción, pueden ser percibidas desde la esfera del consumo, y que "las actividades de ocio, el arte y la cultura de modo general son filtradas por la industria cultural" (Featherstone, 1995 : 32). En este último sentido, vemos que se ha creado e incrementado, toda una "industria" paralela en relación con nuevas demandas culturales de "artefactos" destinados a la "seguridad" y el "medio ambiente verde", "filtrando" todo lo relacionado con el "espacio residencial" consumido por ciertos sectores del mercado.
En los noventa, la reactivación de la industria de la construcción promovida en la Argentina, entre otros factores por el marco de estabilidad cambiaria y la ampliación del mercado de consumo de vivienda mediante políticas crediticias y nuevos instrumentos normativos, exaltó el "valor de cambio" del nuevo espacio residencial, reduciendo a su mínima expresión la memoria del "valor de uso" de este tipo de "bienes durables". "Así, las mercancías quedan libres para adquirir una amplia variedad de asociaciones e ilusiones culturales. La publicidad es especialmente capaz de explorar esas posibilidades, fijando imágenes de romance, exotismo, deseo, belleza, realización, progreso científico y buena vida en bienes de consumo mundanos como jabones, lavarropas, automóviles y bebidas alcohólicas" (Featherstone, 1995 : 33). ¡Cómo no iba a llegar el fin de milenio sin abordar de esta manera, este otro bien de consumo en que se ha convertido para ciertos grupos la vivienda! Si no, veamos algunos de los mensajes que subyacen en las publicidades de "torres amuralladas" y "urbanizaciones cerradas", con que nos atosigaron los medios masivos de comunicación durante la última década:
Ejemplos de mensajes e información brindada a través de publicidades
en avisos y suplementos especializados en principales diarios nacionales
Tipología |
Mensaje |
Agentes explicitados en la pauta publicitaria |
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TA |
T1 |
Torre Quartier Sinclair: "Cómo puede superarse esta vista? Sólo si se la ve desde un Quartier. Departamentos medianos para un gran estilo de vida. Lo mejor de Quartier en lo mejor de Palermo Nuevo. 6000 m² de parquización con añosa arboleda y baja densidad de construcción" "Como estar de vacaciones todo el año. Descubra un sitio único, privado, rodeado de vegetación, tecnología y servicios" |
Constructor-desarrollador: Argencons. Proyectista: Camps & Tiscornia Arqs. Comercializador: Inmobiliaria Bullrich |
T2 |
Torres Jardín: "Cada cual vive en el lugar que es capaz de imaginar". Imagínese viviendo en un departamento con un parque de una manzana" |
Constructor: |
|
T4 |
La Algodonera: "El placer de una vida diferente" "Mención de Honor Premio Bienal de Arquitectura CPAU/SCA 2000" |
Constructor: |
|
T6 |
Condominio Casa del Sol: "El exclusivo concepto americano para vivir al más alto nivel. Ahora en Argentina, usted también puede disfrutar de esta nueva concepción arquitectónica, que resume los dos ejes fundamentales del confort: el espacio y los servicios" |
Proyectista: |
|
UC |
BC |
La Lomada del Pilar: "Por fin un barrio que pensó en una infraestructura social y deportiva para toda la familia. Casi un club de campo, pero con las expensas de un barrio privado. Los espacios verdes y las 5 plazas con juegos infantiles se ubicaron estratégicamente dentro del barrio, para que todos los vecinos tuvieran una muy cerca, dándole seguridad de traslado a sus pequeños" |
Desarrollador: Grupo Farallón (Builders, Developers, consultants) |
CC |
Saint Thomas: "Unico en su especie. Decimos único porque no hay otro igual". Más de 460 propietarios disfrutan de la belleza de Saint Thomas. Sus árboles, sus calles, sus casas y su club house lo hacen más especial y muy a su alcance" |
Financiador: Scotiabank Quilmes (Familiy House). |
|
CN |
Megaemprendimiento náutico Villanueva: "Indaleco Romero Inversiones Tigre invita... a emprender un apasionante vuelo en globo aeroestático o en helicóptero y con vista panorámica... elegir en altura... "su lugar" para...VIVIR DE VACACIONES" |
Desarrollador-inversionista: INDALECO Inversiones |
|
Ch |
Estancia de la Macarena: "Venga a conocerse. Venga a la Macarena. Un lugar que es campo. Que es verde. Que es silencio. Que es aire. Un lugar que preserva todo el pasado histórico y el espíritu de lo natural. Un lugar para disfrutar en familia, o entre amigos. Un lugar que hace la diferencia por su exclusivo diseño urbanístico, donde hay solo vecinos linderos por lote. Un lugar donde la tierra es tradición. Una estancia que está tan cerca y tan lejos como Ud. lo necesita. Que tiene sentido. Que lo hace sentir. Un lugar para pocos. Un lugar para Ud." |
Financiador: Banco B. I. Creditantstalt S.A. Associated with Creditanatalt-Bankverein, Vienna. |
|
GE |
Pilar del Este, Ciudad Verde: "Mudate a la ciudad verde. 550 hectáreas de naturaleza con acceso directo desde Panamericana. Todas las comodidades de una ciudad: centro comercial, instituciones educativas, club house con restaurante y todos los deportes. Con el mejor sistema de Housing del país. Casas de construcción tradicional y diseño exclusivo del estudio San Martín-Lonné con excelentes detalles de terminación". "Sistema de seguridad con tecnología de punta. Bicisenda que recorre toda la ciudad. Colegio Saint Mary of the Hills" |
Financiador: |
Nunca más presente en lo que respecta a "espacio residencial", lo que Featherstone rescata de la teoría de Jean Baudrillard en cuanto a la manipulación semiológica en relación al consumo: "Eso se torna central en la sociedad capitalista tardía, donde el signo y la mercancía se juntaron para producir la mercancía-signo" (Featherstone, 1995 : 33). Así, lo que Baudrillard planteó como "abolición de la distinción entre imagen y realidad", cobra sentido cuando la sociedad de consumo se vuelve esencialmente cultural, en la medida en que la vida social se desregula, las relaciones sociales se tornan más variables y "la superposición de signos y la reproducción de imágenes y simulaciones resultan en una pérdida del significado estable y en una estetización de la realidad" (Featherstone, 1995 : 34). Pero por otra parte, este autor señala la dificultad con que se encuentra el abordaje de la producción del consumo, cuando intenta explicar las prácticas y experiencias reales de consumo.
El segundo enfoque al que hace referencia Featherstone, el de los "modos de consumo", apunta a los modos socialmente estructurados de usar bienes para demarcar relaciones. Del mismo, nos interesa destacar la tendencia según la cual, un flujo constantemente renovado de mercancías torna más complejo el problema de la lectura del status o de la posición jerárquica del portador de las mercancías. Inspirado en la discusión planteada por Douglas e Isherwood 19, Featherstone plantea que "en el plano más bajo de la estructura social, los pobres están limitados al conjunto de artículos de consumo general y tiene más tiempo a su disposición; para las clases de consumo superiores, es preciso no solamente un nivel de renta más elevado, sino también una competencia para juzgar bienes y servicios de información que proporcione el "feedback" necesario del consumo para el uso, que en sí es un requisito para el uso" (Featherstone, 1995 : 37). Entonces, desde este punto de vista, ¿qué ocurre en este sentido, con el consumo del "espacio residencial amurallado" por parte de estos sectores? ¿Cuál es la inversión en capital cultural y simbólico requerida para esta clase de consumo, que normalmente requeriría toda una vida, y que en este caso se ha acelerado y compactado en prácticamente una década?
Una posible respuesta podría ser atendida por el "embate cultural" de la globalización. Esto cobra claridad, cuando incursionamos en la clasificación que encuentran las "urbanizaciones cerradas" en el territorio norteamericano, desde los tempranos ochenta. Según Blakely, E. y Snyder, M. (1997), las mismas se presentan según se trate de comunidades categorizadas por el estilo de vida que promueve (lifestyle communities), por cuestiones vinculadas al prestigio (prestige communities), o explícitamente vinculadas a la seguridad (security zone communities). De ahí, las potenciales conductas de selección de los consumidores, estarán determinadas por su preferencia por un "estilo de vida paradisíaco", otro que garantice el "status soñado", o uno que canalice mediante "enclaves de seguridad", los miedos que presenta la creciente violencia urbana.
Si bien la idea de la "vida en los suburbios" y los patrones de urbanización expandida y de baja intensidad de uso del suelo fue promovida desde los ´50, como el "estilo de vida americano" mediante la promoción cultural americana a través de la industria cinematográfica "hollywoodense", en el territorio argentino, particularmente para el caso del área metropolitana de Buenos Aires, este imaginario quedó rápidamente invalidado (pero no por ello insuficientemente efectivo), a partir de las conocidas carencias de infraestructura básica y comunicación que presentó este suburbio, a partir de la significativa densificación que se dio hasta los setenta, y el deterioro de los servicios masivos públicos de transporte de pasajeros, principalmente teniendo en cuenta la condición socioeconómica de la población involucrada en tal proceso de suburbanización. Por el contrario, el nuevo estilo de vida norteamericano propuesto bajo la forma de enclaves residenciales suburbanos, ha calado tardíamente, pero también efectivamente, en las metrópolis de América Latina, con un apoyo desproporcionado de la publicidad en la "media", y las políticas de promoción de infraestructura vial rápida, si lo comparamos con la cantidad de población objetivo de uno y otro proceso de suburbanización.
Buscando elementos explicativos desde un enfoque "cultural", del por qué de lo que se ha dado localmente en llamar "el boom de los barrios cerrados", encontramos que tampoco esta perspectiva satisface totalmente nuestros interrogantes, si bien nos da algunos elementos interesantes, para entender la vinculación entre los actores y estrategias de producción y consumo de este tipo de espacio residencial. Por ejemplo, Featherstone acude a la noción de Bourdieu de los "nuevos intermediarios culturales" para explicar el rol de aquellos agentes que contribuyen a la producción, comercialización y divulgación de bienes simbólicos, desde la "media", el diseño, la moda, la publicidad y algunas ocupaciones "paraintelectuales", que van a cobrar un papel estratégico, a medida que se incrementa la oferta de los bienes simbólicos en cuestión: "crece la demanda por especialistas e intermediarios culturales capaces de manejar diversas tradiciones y culturas para producir bienes simbólicos, y más allá de eso, proveer las interpretaciones necesarias sobre su uso. Sus hábitos, disposiciones y preferencias de estilo de vida son tales que ellos acaban por identificarse con los artistas e intelectuales" (Featherstone, 1995 : 39). No nos sorprende corroborar esto en el caso del espacio residencial amurallado en Buenos Aires: el habitar en un "loft", asociado al individuo "soltero, exitoso en el mundo de los negocios, el arte o la televisión", o algunas torres o urbanizaciones cerradas, en las que es "vox populi", la vecindad con actores famosos o miembros del sub-mundo político (torre Le Parc, en Palermo; club de campo Estancia Abril en Berazategui; barrio cerrado Highland Park en San Isidro).
Del tercer enfoque que aborda Featherstone, el del consumo de sueños, imágenes y placeres, retomamos el concepto de "nuevos intermediarios culturales", dando una gran importancia a los sectores medios como tales, en el último tramo del siglo XX, en tanto los mismos representan una fracción en expansión dentro de la "nueva clase media" 20, para la cual "la cultura de consumo contemporánea usa imágenes, signos y bienes simbólicos evocativos de sueños, deseos y fantasías que sugieren autenticidad romántica y realización emocional en dar placer a sí mismo, de manera narcisística, y no a los otros" (Featherstone, 1995 : 48).
Desde una perspectiva socio-cultural del consumo, podemos decir que si en la etapa de internacionalización de la cultura, la mayoría de los mensajes y bienes se generaba en la propia sociedad, en tanto se trató de una apertura de las fronteras geográficas de cada sociedad para incorporar bienes materiales y simbólicos de los demás, "la globalización supone una interacción funcional de actividades económicas y culturales dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el que importa más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones geográficas desde las cuales se actúa" (García Canclini, 1995 : 16). Según Etulain, mediante el desarrollo tecnológico comunicacional, la globalización ha posibilitado la "colonización mediática del espacio", y los valores urbanos metropolitanos de las ciudades globales habrían contaminado el resto de los espacios no integrados al sistema global (Etulain, 1999). Siendo que el rasgo característico de los noventa en nuestro país en materia de Vivienda, ha sido el predominio de la vivienda como bien de consumo o "commoditie" sujeto a estrategias de marketing (Mignaqui, 1999 : 41), el nuevo espacio residencial amurallado en la metrópolis de Buenos Aires, daría cuenta de un proceso de "contaminación" de las pautas de consumo locales por los globales.
Pero el interrogante surge cuando pensamos cómo es posible la aceptación de tales patrones tan desarraigados en la cultura local, y ocurre que este nuevo espacio residencial "hiper-especializado", segregado y "pseudo-autónomo" similar al patrón del "guetto" cobra sentido, si y sólo si se sustenta en las profundas mutaciones de la estructura socioeconómica y sociocultural descriptas precedentemente.
De la producción de la "ciudad de masas" al consumo de la "ciudad carcelaria"
No es nuevo el hecho de la estratificación de la vivienda como contrapartida de la estratificación de la sociedad capitalista (Castells, 1974; Topalov, 1979). Tampoco, el hecho de la división social del espacio, verificable en la metrópolis de Buenos Aires en su propio desarrollo histórico, donde por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires existieron barrios calificados como Belgrano o Recoleta, o Municipios "brillantes" del área metropolitana como San Isidro o Vicente López. Lo que sí atañe en cuanto a las implicancias de la modalidad residencial amurallada en el modelo de "ciudad abierta" preexistente, es el pasaje abrupto e irreconciliable de un tejido urbano socio-culturalmente heterogéneo (aquel por el que bregó la "sociedad de masas" distinguiendo a Buenos Aires de la mayoría de las metrópolis primadas de América Latina), a una nueva configuración espacial, instituida por la proliferación de emprendimientos residenciales del tipo "ghetto".
Pero más aún que sus implicancias, nos debe preocupar el proceso subyacente detrás de estas meras manifestaciones espaciales urbanas: la polarización socioterritorial y la segmentación espacial se habrían recrudecido, alterando la estructura urbana y su organización social de manera antitética con las pautas de producción y consumo del espacio urbano precedentes, conformando un territorio menos heterogéneo, propenso a la dualización espacial y a la "hiperespecialización" y segregación. Entendiendo por segregación urbana a "la tendencia a la organización del espacio en zonas de fuerte homogeneidad interna y de fuerte disparidad social entre ellas" (Castells, 1974), el fenómeno del "espacio residencial amurallado" plantea interrogantes en las formas y ritmos que adquieren estas nuevas manifestaciones de segregación socioespacial, resolviéndose dentro de un perímetro cerrado privado con acceso restringido, actividades de carácter público como ocio, recreación, esparcimiento, deporte, actividades sociales y cierto tipo de abastecimiento de bienes y servicios, lo que expresa en su más cruda faceta, el debilitamiento de los vínculos sociales y el carácter colectivo de la ciudad.
Si nos remontamos a lo que se dio en llamar la "ciudad de masas", sin cuestionar que la ciudad es el producto de la sociedad que la genera, también podemos sostener, como algunos de los agentes que participan de ese proceso productivo del espacio urbano permanente, que así como "la aparición de la sociedad de masas va a la par con la aparición de la ciudad de masas. Las causas que producen una, producen también a la otra [...] es la ciudad de masas que permite el rápido desarrollo de la sociedad de masas y se transforma en un símbolo de aquélla" (Tedeschi, 1962 : 10).
Si bien el primer atisbo de la "ciudad de masas" está asociado a la revolución industrial 21, con el crecimiento vertiginoso de las aglomeraciones urbanas, caracterizada por los espacios productivos industriales y la residencia tugurizada asociada a los mismos, con consecuencias nefastas en la calidad socio-ambiental de la población urbana, que desde mediados de siglo XIX diera lugar a sustanciosas críticas y acciones por parte del movimiento "higienista", en este trabajo nos interesa remitirnos como referencia anterior a la ciudad actual, a un segundo tipo de ciudad de masas más reciente que habría estado vinculada al progreso de las comunicaciones rápidas como el teléfono y el telégrafo, y a la actividad terciaria en general, la "ciudad burocrática", más asociada al consumo que a la producción. Según Tedeschi, en este tipo de ciudades se" manejan grandes cantidades de dinero, no sólo para emplearla en las actividades de la producción, sino para gastarlas en bienes de lujo y en diversiones" (Tedeschi, 1962 : 14).
Basado en los estudios de Erich Fromm sobre la "actitud enajenada" que lleva al hombre de masas a consumir insaciablemente, Tedeschi propone certeramente que la metrópolis es una enorme consumidora que trata de satisfacer con instalaciones adecuadas sus necesidades puesto que sus habitantes no tienen otra alternativa al trabajo, que gastar el dinero ganado en algo que les produzca la sensación de compensar el esfuerzo sufrido.
Para el análisis de la "sociedad de masas" Rodriguez Bustamante (R.B.) parte de una definición que apunta a los niveles psicológico y socio-cultural, según la cual, la sociedad de masas sería sinónimo de sociedad de audiencias frecuentes en las que la comunicación remitiría a un líder o propagandista, en detrimento de la interacción entre sus miembros. Según tal enfoque teórico sociológico de la sociedad de masas, ocurre que al ser una sociedad de asiduas audiencias a la conducta derivada de lo experimentado en ellas y al debilitamiento de las experiencias fundadas en grupos integrados 22, "hay que mencionar la importancia que cobran los medios tecnológicos de comunicación y la menor integración social del individuo, resultante de la multiplicación de los grupos secundarios (no basados en relaciones íntimas), en detrimento de la significación formativa de los grupos primarios y, en especial, de la omnipresencia de la familia, propia de la sociedad tradicional" (Rodriguez Bustamante, 1962 : 46).
En cuanto al advenimiento mundial de las ciudades metrópolis, "el camino que conduce de una sociedad de públicos a una sociedad de masas, en la conceptuación de C. Wright Mills 23, es también el pasaje de una sociedad de predominio rural con sus elevados índices de aislamiento, a una sociedad prevalentemente urbana y metropolitana, de innumerables círculos sociales entrecruzados, de contactos numerosos aunque segmentarios y superficiales, que impone la interrelación constante, aún cuando no fortalezca el sentido de integración y la solidaridad social de sus miembros participantes. En esta paradójica estación de llegada, la de la soledad entre muchos, desempeña una función estratégica la tecnología de los medios de comunicación al servicio de las élites de poder que los monopolizan" (Rodriguez Bustamante, 1962 : 47).
Respecto de la conducta de las masas, Rodriguez Bustamante utiliza una forma parcial de la teoría de William Kornhauser 24, en lo referente a la polarización de la sociedad contemporánea en la accesibilidad de las élites y la disponibilidad de las masas, sometidas estas últimas a la manipulación de las primeras a través de medios de poder derivados de la ciencia y la tecnología. En la sociedad de masas, la incomunicación entre las capas sociales y las relaciones sociales amorfas, es saldada a través de la intervención del estado, mediando entre las principales clases de grupos secundarios. Así, "la experiencia multitudinaria habitual compensa al individuo de su inseguridad, de su insatisfacción y de sus frustraciones" (Rodriguez Bustamante, 1962 : 47), donde uno de los rasgos sobresalientes de la conducta de masas que destaca R.Bustamante. de los condensados por Kornhauser, es el centramiento de las expectativas en torno a un programa, adquiriendo las mismas la continuidad de propósito.
Para entender lo que proponemos como "ciudad carcelaria", debemos reseñar lo siguiente. En coincidencia con otros aspectos sociales negativos, derivados de la creciente polarización con que culminara el siglo XX, de los que se destacan la inseguridad urbana, disminución de calidad de servicios públicos y tendencia a su privatización, y deterioro ambiental urbano, los sectores medio-altos, favorecidos en su rol de "consumidores" durante la última re-estructuración socio-económica anteriormente descripta, habrían tenido la necesidad de hacer trascender su nuevo "status" social a través de la vivienda, pero también de evadirse de una ciudad que se les presentara como poco "vivible", peligrosa y cada vez más expulsiva, en la cual priman y se acrecientan los comportamientos sociales delictivos, e incluso la percepción sobre los mismos. Como los grupos más afortunados dentro del reacomodamiento social mencionado tienden a reaccionar a "la satisfacción y comodidad de carácter más bien inmediato" (Galbraith, 1992), el aislamiento en barrios y torres privados, encerrados, amurallados, con seguridad y vigilancia privados se convierte en una solución más atractiva, basada en su inmediatez, relativa efectividad, priorizando una mentalidad de campamento militar, antes que darse la posibilidad de repensar posibles medidas destinadas a corregir los procesos económicos y sociales que originan desesperación y violencia en los sectores más desfavorecidos. Así, en un contexto de ajuste y achicamiento de los servicios públicos, incluyendo las instancias de seguridad, tanto como los paliativos de contención social, la reja y la vigilancia privada (objetos y sistemas transpolados directamente de la actividad carcelaria) aparecen como el remedio protector, en tanto el mismo "tiene un elemento atractivo de inmediatez y funcionalidad: es aparentemente mucho mejor y más seguro el efecto del gasto en guardias de seguridad que la esperanza remota derivada del gasto en rehabilitación de los núcleos urbanos" (Galbraith, 1992).
Esta nueva sociedad que podríamos tildar preventivamente de "carcelaria", se va a asemejar más este a la sociedad de la "cultura hedonista", la cual por definición se corresponde a un sistema ético que ubica al placer como meta, como objetivo y principio máximo que debe regir la conducta del sujeto. "Este "estilo de vida" de la nueva burguesía, que es a la vez reapropiado por el estrato inmediatamente inferior donde se colocaría a quienes hoy están emigrando a los Barrios Cerrados, se caracteriza por estar centrado en una moral hedonista, en donde el consumo asociado al placer ocupa un lugar poderoso" (Arizaga, 1999 : 51). Desde la perspectiva en que esta autora analiza el fenómeno de los Barrios Cerrados, según la cual la cultura identitaria urbana basada en la interacción entre múltiples "otros", es reemplazada por la del contacto entre iguales, a lo ya tratado en cuanto a la inseguridad concreta de ser sujetos del delito (asaltos, robos, etc.), se le agrega otro nivel de fuerte carga simbólica que es "la amenaza de la alteridad" (Arizaga, 1999).
En el eje de reflexión que asocia a los procesos demográficos con la estructura y carácter social, R. Bustamante se remite a algunas nociones caracterizadoras de la sociedad según David Riesman quien establece una correlación entre las etapas de crecimiento demográfico de los tiempos modernos y el carácter social. Así, de la asociación de la etapa de alto desarrollo demográfico potencial con crecimiento poblacional lento, alta natalidad y mortalidad y población jóven y preponderantemente rural, con un individuo tipo tradicionalmente dirigido, con una cultura unitaria, abroquelada en la actitud exclusivista del grupo familiar, pasa a vincular la etapa de desarrollo demográfico transitorio (con un crecimiento poblacional intenso, con índices decrecientes de la mortalidad y la natalidad a raíz de mejoras en la salud colectiva) en que la población económicamente activa se desplaza a la ciudad y a las actividades secundarias y tericarias, con un individuo tipo interiormente dirigido según su propio ajuste de acción en base a sus principios. Luego aparece la etapa de disminución incipiente de población, en una sociedad envejecida, donde la población económicamente activa se sitúa predominantemente en la actividad terciaria, dando lugar al "individuo tipo dirigido por otros, adaptado a marcos sociales centralizados, burocratizados, heterogéneos, de orientación pluralista de los intereses y las variantes culturales, cuyas metas son las del ininterrumpido consumo y cuyas motivaciones y actitudes encuadran en una "psicología de la abundancia". (Rodriguez Bustamante, 1962 : 49). Finalmente, R. B. asocia al tipo de individuo que se corresponde con los procesos de metropolinización, en que devinieran los procesos de urbanización e industrialización de las sociedades capitalistas y la democracia individualista, con el carácter de los medios de comunicación de masas como canales formativos de importancia decisiva y contrarrestadora de toda otra influencia: "al estar liberado de la presión (y por tanto del control) del grupo familiar, al orientarse en función de los grupos de edad y de clase social, sus relaciones consigo mismo y con los demás están condicionadas por las imágenes y símbolos colectivos que elaboran los tecnólogos de la información y difusión, al servicio de las élites de poder" (Rodriguez Bustamante, 1962 : 50).
Desde una perspectiva psicoanalítica, el individuo de carácter "narcisista" que se corresponde con la "ciudad carcelaria", se propone como autodestructivo, puesto que el "narcisismo" es destructivo, en virtud de un proceso inevitable que es la "auto-absorción no gratificante". El esquema de este pensamiento transpolado a la cuestión del espacio residencial del tipo guetto amurallado de los sectores con mayor poder adquisitivo, sería el siguiente: "la autorrealización personal reemplaza a la autorrealización de la comunidad, y es que ya no hay comunidad sino solo ciudad, metrópolis, megalópolis [...] Esos males de la sociedad actual, la frialdad y la impersonalidad, crean deseos de seguridad y permanencia, una aspiración a desarrollar la propia personalidad en la inmediatez de un grupo de íntimos, lo cual fuerza a movilizar el narcisismo en ese contexto privado. Pero este síntoma, emergido de una sociedad que descree de las acciones civiles colectivas, exige el cumplimiento de la promesa de mayor calidez en la proximidad de los demás. Se requiere una alta intensidad emocional en esta sociabilidad de guetto. Pero las relaciones sociales se demuestran dolorosas y fratricidas, y la desconexión e imposibilidad de "palpar" al otro es cada vez mayor, la disociación del sentimiento y la actividad sumada a la pérdida de la capacidad de "jugar" en la ciudad (como un hecho desinteresado y casi involuntario) hace que el vacío y la sensación de sin sentido nos cerquen en nuestra propia casa" (Morello y Ferrer, 1992 : 317).
Hay quienes advierten una suerte de retorno a ciertos aspectos de la ciudad de la Edad Media: "Cuando la retirada a la intimidad se generaliza como una actitud de época, desconfiamos de todo aquel a quien no podemos reconocer, y en tanto "diferente" resulta una potencial amenaza[...] Algunos llaman a este proceso un retorno a la Edad Media, en el sentido de vida comunitaria, en la cual un estilo de vida tiene escasas posibilidades de intersectar con otro diferente, excepto como panorama de ciudad. La intensísima segmentación (por clases, pirámides etáreas, hábitos culturales, formas de diversión, ciclos intelectuales) de la ciudad lo permite, y todo un dispositivo de servicios se ha puesto a disposición de cada segmento en particular. Un mosaico quizá, pero cuyos elementos jamás o difícilmente se acrisolan" (Morello y Ferrer, 1992 : 315). Un retorno a la ciudad Medieval diríamos, en tanto los que se "encierran" o "enguettan" son los grupos que ejercen la hegemonía del poder, los sectores más pudientes, en medio de enormes espacios abiertos donde residen los "otros" que representan el "peligro".
Retomando la noción de "consumo" como eje de reflexión sobre esta nueva "ciudad carcelaria" que se avista, "podríamos decir que en el momento en que estamos saliendo del siglo XX las sociedades se reorganizan para hacernos consumidores del siglo XXI y regresarnos como ciudadanos al XVIII. La distribución global de los bienes y de la información permite que en el consumo los países centrales y periféricos se acerquen [...] La contradicción estalla, sobre todo en los países periféricos y en las metrópolis donde la globalización selectiva excluye a desocupados y migrantes de los derechos humanos básicos (García Canclini, 1995 : 26).
Y es aquí, donde podemos concluir, a modo de reflexión final, que la "ciudad carcelaria" plantea un retroceso a la ciudad del espectáculo, donde las mayorías populosas sólo operan como meros espectadores de una dimensión inalcanzable, mientras que del otro lado de los muros, se contemplan entre pares, cada vez más homogéneos, pero también desde una actitud de consumo. "Al imponerse la concepción neoliberal de la globalización, según la cual los derechos son desiguales, las novedades modernas aparecen para la mayoría sólo como objetos de consumo, y para muchos apenas, como espectáculo. El derecho de ser ciudadano, o sea, de decidir cómo se producen, se distribuyen y se usan esos bienes, queda restringido otra vez a las élites" (García Canclini, 1995 : 26).
De allí, que estemos avizorando un pasaje incipiente del dominio de los procesos productivos de la ciudad, al predominio del proceso de su consumo. De lo que fuera la "ciudad de masas", con sus bemoles, pero más integrada, a una "ciudad carcelaria", resultado y cuna a la vez, de una sociedad fragmentada, segregacionista, y presumiblemente de corto vuelo en términos de sustentabilidad.
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