Divisiones territoriales del trabajo en Mar del Plata (Argentina): entre el circuito superior y el circuito inferior en bebidas gaseosas y aguas saborizadas

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JOSEFINA DI NUCCI

Resumen:

El objetivo central de este trabajo es comprender la coexistencia de divisiones territoriales del trabajo desde la perspectiva de la existencia de un circuito superior y de un circuito inferior de la economía urbana (Santos, M. 1979) de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. La dinámica de estos circuitos se analizará a partir de las características distintivas del medio construido y del mercado (Silveira, M. L. 2004) en la ciudad argentina de Mar del Plata. Esta ciudad revela la coexistencia de empresas globales, nacionales y locales en las fases de producción, distribución y comercialización de bebidas gaseosas y aguas saborizadas, permitiendo la formación de mercados únicos, aunque segmentados.

Comprender la existencia de una variada y amplia diversidad de tipos y marcas de esas bebidas, con diferencias sustanciales entre actores participantes en la elaboración, pero también en la comercialización y, especialmente, en el consumo, ha llevado a indagar en un sistema de ideas que sea descriptivo e interpretativo de esta realidad. El mismo es encontrado en la Teoría de los Circuitos de la Economía Urbana, formulada por Milton Santos en los años setenta y continuado en las formulaciones teóricas posteriores, centradas en el enfoque constitucional y relacional del entendimiento del espacio geográfico (Santos, M. 2000).

Desde esta perspectiva, los circuitos de la economía urbana son subsistemas del sistema urbano, que poseen relaciones de complementariedad, de competencia y de jerarquías. Esta idea pone en jaque la asociación equivocada de la existencia en una ciudad de un único mercado moderno.

Es posible afirmar que la ciudad es el espacio banal por excelencia, es decir, el espacio de todos, todo el espacio (Santos, M. 1996), donde podemos encontrar y estudiar divisiones de trabajo de diversas escalas superpuestas, tanto en la producción, como en la distribución y en la comercialización. Esas divisiones del trabajo coexistentes en las ciudades pueden ser estudiadas como circuitos de la economía urbana que se distinguen por el grado de tecnología, capital y organización, con el cual fabrican, distribuyen y consumen productos y servicios.

Sin pretender hacer un análisis exhaustivo de la ciudad de Mar del Plata, hemos tomado situaciones ilustrativas del fenómeno urbano relacionadas a la producción, distribución y comercialización de bebidas gaseosas y aguas saborizadas. En la actual división territorial del trabajo de estas bebidas en Mar del Plata, se encuentran importantes rugosidades resultado de pretéritas divisiones del trabajo. La existencia de un importante circuito superior marginal en la fabricación de estas bebidas y un desarticulado circuito inferior, le da a esta ciudad una enorme importancia regional y local. Se han seleccionado tres barrios, La Perla, Güemes y San Martin, en los que la función turística, la superposición de capitales y su propia configuración territorial permiten encontrar características distintivas en la comercialización en especial en el circuito inferior.

 

Abstract

 

The objective of this work is to understand the coexistence of territorial divisions of work from the perspective of the existence of an superior circuit and a inferior circuit of the urban economy (Santos, M. 1979) of sodas and flavored waters. The dynamics of these circuits will be analyzed from the distinctive features of the built environment and the market (Silveira, ML 2004) in the city of Mar del Plata Argentina. The city reveals the coexistence of global entreprises, local and national stages of production, distribution and marketing of sodas and flavored waters, allowing the formation of unique markets, but segmented.
Understanding the existence of a varied and wide diversity of types and brands of these drinks, with substantial differences between actors involved in the development, but also in marketing and especially in consumption has led to explore a system of ideas that is descriptive and interpretative of this reality. The same is found in the Circuit Theory of Urban Economics, made by Milton Santos in the seventies and continued in subsequent theoretical formulations, focusing on the constitutional approach and relational understanding of the geographical area (Santos, M. 2000).


From this perspective, the circuits of the urban economy of the urban system are subsystems that have complementary relationships, competition and hierarchy. This view puts a halt to the wrong association of existence in a city with a unique modern market.
It can be said that the city is banal space par excellence, the space of all, the whole space (Santos, M. 1996), where we can find and study work of various divisions of overlapping scales, both in production and the distribution and marketing. These co-existing divisions of work in cities can be studied as circuits of the urban economy that are distinguished by the degree of technology, capital and organization, which manufacture, distribute and consume products and services.


Without trying to make a thorough analysis of the city of Mar del Plata, we have situations illustrative of the urban phenomenon related to the production, distribution and marketing of sodas and flavored waters. In the current territorial division of work of these drinks in Mar del Plata, there are important bygone roughness result of divisions of work. The existence of a large marginal superior circuit in the manufacture of these drinks and a disjointed inferior circuit, gives the city a huge local and regional importance. We have selected three neighborhoods, La Perla, San Martin and Güemes, in which the tourist role, the overlapping of capital and its own territorial configuration allow finding distinctive features in marketing especially in the inferior circuit.

 

Palabras clave: divisiones del trabajo, circuitos, bebidas gaseosas y aguas saborizadas.

 

Key words: division of works, circuits, sodas and flavored waters

1. Introducción

 

La teoría de los Circuitos de la Economía Urbana, formulada por Santos (1979; 1996a; 2000), considera que en las ciudades de los países subdesarrollados surgen dos circuitos económicos que son responsables no sólo del proceso económico sino también del proceso de organización del espacio; son los denominados circuitos superior e inferior de la economía (Santos, 1979). Existen, en estas ciudades, diferencias profundas en la accesibilidad al consumo y al empleo: una minoría con altos ingresos y elevado consumo, al lado de la masa de la población con bajos salarios y, por consiguiente, poca accesibilidad para el consumo.

 

Estas diferencias son causa y efecto de la existencia en estas ciudades de dos circuitos que tienen el mismo origen: el circuito superior y el circuito inferior de la economía. “Dos circuitos que afectan la fabricación, la distribución y el consumo de bienes y servicios. Uno de estos dos circuitos es el resultado directo de la modernización y se refiere a actividades creadas para servir al progreso tecnológico y a la población que de él se beneficia. El otro es también un resultado de la modernización, pero un resultado indirecto, ya que concierne a aquellos individuos que solo se benefician parcialmente del reciente progreso técnico y de sus ventajas” (Santos, 1996a, p. 83).

 

Cada circuito se define por el conjunto de actividades realizadas, y por el sector de población que se asocia a ésta, ya sea por la actividad o por el consumo. De este modo, el circuito superior, estaría constituido por los bancos, comercios e industrias de exportación, industria urbana moderna, servicios modernos, mayoristas y transportistas; mientras que el circuito inferior está compuesto esencialmente, por producciones intensivas en mano de obra (no en capital), por servicios no modernos, comercio no moderno y de pequeñas dimensiones.

 

Santos (1979) plantea que las actividades de fabricación del circuito superior poseen dos organizaciones, la primera correspondiente al circuito superior propiamente dicho, y la segunda es el circuito superior marginal, constituido por formas de producción menos modernas desde el punto de vista tecnológico y organizacional, con características propias de cada uno de los circuitos. “El circuito superior marginal puede ser el resultado de la sobrevivencia de formas menos modernas de organización o la respuesta a una demanda incapaz de suscitar actividades totalmente modernas. Esa demanda puede venir tanto de actividades modernas, como del circuito inferior. Ese circuito superior marginal tiene, por tanto, al mismo tiempo un carácter residual y un carácter emergente” (Santos, 1979, p. 80).

 

No son dos sistemas aislados e impermeables entre sí, sino que, por el contrario, están en interacción permanente. Los circuitos de la economía urbana son subsistemas del sistema urbano, que poseen relaciones de complementariedad, de competencia y de jerarquías; se trata de una “oposición dialéctica: uno no se explica sin el otro” (Silveira, 2007, p. 150). Esta idea pone en jaque la asociación equivocada de la existencia en una ciudad de un único mercado moderno. Como indica Silveira (2004, p. 2), al estudiar las ciudades “sus funciones más modernas, aquellas que orientan su inserción en la actual división internacional hegemónica del trabajo, no pueden ser confundidas con la ciudad en sí misma. Conjunto de todos los instrumentos de trabajo y de todas las formas de hacer, la ciudad solamente podrá ser entendida al considerar la coexistencia de divisiones territoriales del trabajo” (Silveira, 2004, p. 2).

 

Es posible afirmar que la ciudad es el espacio banal por excelencia, es decir, el espacio de todos, todo el espacio (Santos, 1996), donde es posible encontrar “divisiones de trabajo superpuestas” (Santos y Silveira, 2001, p. 290), tanto en la producción, como en la distribución y en la comercialización. Esas divisiones del trabajo coexistentes en las ciudades pueden ser estudiadas como circuitos de la economía urbana que se distinguen por el grado de tecnología, capital y organización, con el cual fabrican, distribuyen y consumen productos y servicios.

 

Desde este enfoque, la urbanización, como proceso, pasa a ser fundamental en la comprensión de los circuitos de la economía, ya que la urbanización es un fenómeno social, económico, político y espacial y “como toda y cualquier otra forma de repartición en el espacio, depende de la manera como los instrumentos de trabajo y los factores de producción se distribuyen” (Santos, 1994, p. 117).

 

Como ya señalaba George (1972, p. 33) en su clásica Geografía del Consumo: “…parece ser que el desarrollo del consumo está relacionado con la urbanización, que es a la vez su signo y su estimulante”. En Mar del Plata, al factor explicativo que tiene el proceso de urbanización hay que agregar aquello que Beaujeu Garnier y Chabot (1975) definían como la profesión ejercida por la ciudad, que constituye su razón de ser, y la muestra hacia el exterior, es decir, su función urbana.

 

Mar del Plata es una ciudad, que si bien no posee aún características de metrópolis, tiene un fuerte potencial en la producción y en el consumo. Su propio proceso de urbanización, su crecimiento poblacional, su modernización y su función turística la convierten, además, en un amplio mercado tanto para el circuito superior, incluida las actividades marginales de éste, como también para el circuito inferior.

 

Mar del Plata ha visto modernizado y embellecido muchas partes de su medio construido a partir de inversiones públicas y privadas, al mismo tiempo que para otros pedazos de su territorio, la modernización parece no llegar. Además, esta ciudad se vuelve un gran mercado consumidor, debido a su tamaño poblacional estable, que llega a más de 600 mil habitantes en el segundo trimestre de 2007ii. A esta población residente debe agregarse la enorme masa poblacional que llega a esta ciudad como turistas.

 

Existen, así, importantes diferencias de consumo en una ciudad que alcanzó los valores máximos de población pobre en el año 2002 cuando el 46,8% de la población total se encontraba por debajo de la Línea de Pobrezaiii. Este valor si bien viene descendiendo, alcanzó para el segundo semestre del 2007 al 15,1% de la población total por debajo de dicha líneaiv.

 

Durante la década de los noventa como producto de los designios de una nueva división internacional y nacional del trabajo de bebidas gaseosas y aguas saborizadas, la ciudad de Mar del Plata ha refuncionalizado su territorio y por ende, su economía urbana. La concentración técnica y económica de las empresas líderes de bebidas gaseosas y aguas saborizadas llevó al cierre de las plantas embotelladoras de esas empresas en Mar del Plata. Así, esta ciudad deja de participar del circuito superior, propiamente dicho en la fabricación de estas bebidas, pero comienza a destacarse por un circuito superior marginal con características emergente.

 

2. Circuito superior marginal y división nacional y regional del trabajo

 

Los procesos económicos y espaciales como desindustrialización y concentración del capital se han hecho presentes en Mar del Plata de manera rotunda. Esta ciudad participaba de la división territorial del trabajo de empresas globales de bebidas gaseosas con dos embotelladoras. Pero el proceso de concentración empresarial y espacial en megaembotelladoras como consecuencia de cambios técnicos provocó el cierre la licenciataria de Coca-Cola en 1995 y de Pepsi-Cola en 1996.

 

La existencia de la actual división regional y local del trabajo en Mar del Plata sería imposible si no se considerara el trabajo muerto sobre el que se desarrolló el trabajo vivo, permitido por esas rugosidades dejadas como medio construido. Como indica Santos (2000, p. 112) “es la división del trabajo la que tiene la precedencia causal” tanto por nuevas y renovadas acciones, como por objetos y formas de organización heredadas que hacen posible su existencia.

 

Quedaron en Mar del Plata resabios de una importante organización del trabajo material e inmaterial, que será central para explicar la existencia de las actuales empresas productoras de gaseosas pertenecientes al circuito superior marginal y al circuito inferior. Son dos las empresas que forman parte de una división del trabajo mayor, de escala nacional: Nutreco Alimentos y Mar del Plata Sodav.

 

La primera de éstas surge en el año 2005 como resultado de la división del ex Grupo Garbín. Así, esta empresa que desde 1984 había concentrado la producción y la comercialización en la planta de Sierra de Los Padres, Partido de General Pueyrredón, presenta una nueva división del trabajo. Mantiene la producción en dicha planta, crea una oficina comercial en Buenos Aires y abre una nueva planta en San Rafael en la que se embotella agua y se producen gaseosas convirtiéndose en la sede administrativa.

La firma Mar del Plata Soda nace en el año 1998 como resultado de la fusión por compra entre dos soderías de IVESSvi. Esa empresa de capitales marplatensesvii participa de la división del trabajo nacional del sistema IVESS.

 

2.1. Práctico-inerte y formas heredadas en la división del trabajo de las firmas regionales

 

Sartre (1963, p. 77) escribe que, “los hombres hacen la historia sobre la base de condiciones reales anteriores (…) y son ellas, sólo ellas, las que pueden dar una dirección y una realidad material a los cambios que se preparan; pero el movimiento de la praxis humana las supera conservándolas”. Esta idea, junto a la noción de práctico-inerte del mismo autor, nos ayuda a pensar la división actual del trabajo de estas bebidas como superposición de tiempos. El practico-inerte es la acción presente depositada en los objetos que les da “la apariencia de resucitar -sea como sea- a la praxis que ha tratado de totalizar a su inercia” (Sartre, 1963, p. 177).

 

Santos (2000, p. 118) considera fundamental esta noción y explica que “el proceso social está siempre dejando herencias que acaban constituyendo una condición para las nuevas etapas”, como son una carretera, un puerto, fábricas, pero también la distribución de la población, entre otros. Es la acción cristalizada en las formas materiales, normativas, culturales que, a su vez, se convierten en condición para nuevas acciones.

 

Las formas heredadas, tanto naturales como del medio construido, resultantes de divisiones del trabajo pretéritas, son condición para las nuevas formas, nuevos objetos y nuevas acciones, es decir, para la actual división del trabajo.

 

En el caso de Mar del Plata, éstas son de significativa importancia para la existencia de las empresas tanto del circuito superior marginal como del circuito inferior. Así, las empresas adquirieron algunas de las maquinarias pertenecientes a las plantas que producían las marcas líderes en esta ciudad. En muchos casos, también se heredó la fuerza de trabajo, ya que algunos de los gerentes y encargados de producción y muchos de los obreros que trabajan actualmente en la elaboración habían pertenecido a dichas plantas. Son trabajadores especializados, porque poseen un conocimiento central sobre la fabricación pero, también, sobre el mercado en general, de estas bebidas.

 

Aquí juega un papel central el agua, factor de localización que posee hoy un contenido altamente técnico en relación a su provisión, tratamiento, etc., y normativo, respecto al uso y acceso a dicha reserva de agua, por ejemplo. La empresa Nutreco Alimentos se localiza en la localidad de Sierra de los Padres, a 23 km. de la ciudad de Mar del Plata por encontrarse allí la Reserva Natural Sierra de los Padres, formada por la sierra y laguna con el mismo nombre. Acontece aquello que Harvey (2006, p. 35) denomina, acumulación por desposesión: “la coerción externa por un poder superior (mercaderes, estados, poderes coloniales, multinacionales, etc.), implica la penetración de un orden preexistente y algún terreno geográfico para la toma de ventaja de aquel poder”.

 

2.2. La división particular del trabajo de las empresas regionales: técnica, capital, organización y mercado de trabajo

 

Es importante resaltar, una vez más, que la técnica, el capital y la organización son las variables que dividen y diferencian los circuitos de la economía urbana y que, por ello estipulan las divisiones particulares del trabajo de las empresas.

 

Ambas empresas de Mar del Plata, elaboran tres tipos de productos: gaseosas, aguas saborizadas y aguas -sin gas, con gas y sodas-. Fabrican con diferentes marcas que, de alguna manera, muestran la segmentación que adviene de la capacidad de ingreso del mercado consumidor de Mar del Plata y de la región.

 

La planta productora de Sierra de los Padres embotella agua mineral natural bajo dos marcas, Sierra de los Padres (bajo la licencia Alimentos Favoloroviii) y Valle del Sol, tanto en botellas PET descartables, como agua soda en sifones plásticos. Las gaseosas son de tres marcas diferentes: Goliat (Premium y Sport), Bengala y Nihuil para Supermercados.

 

Mar del Plata Soda embotella agua mineralizada artificialmente bajo marca IVESS, agua saborizada IVESS Cormillotix, bebidas gaseosas de marca IVESS azucaradas y dietéticas y tres marcas de gaseosas All Club, Nick City y para el Supermercado DIA. Se trata del mismo producto con diferentes marcas, por lo cual estos actores menos poderosos encuentran en esta apariencia la forma de diversificar sus marcas y, así, ser más competitivos y ampliar sus nichos de mercado.

 

En cuanto a la tecnología de su línea de producción, no cuentan con inyectoras para la fabricación de las preformas, sino sólo con sopladoras, a partir de las cuales obtienen las botellas PET de distintos tamaños según sus marcas. Así, ambas empresas embotellan todas sus gaseosas en envases familiares de 2250 cm3, y botellas de consumo individual de menor tamaño, 500 cm3, sólo para sus principales marcas azucaradas: IVEES plena y Goliat Premium. Es importante señalar que esto se relaciona con las posibilidades técnicas de las líneas de llenado de sus plantas pero, también, con las comercializadas, eventualmente, en otros puntos de ventas, como kioscos, ventas callejeras y ambulantes donde, en general, dominan las gaseosas de primeras marcas.

 

En relación al empleo, estas plantas se constituyen en importantes mercados de trabajo, tanto en la misma planta, como en la distribución y venta de las bebidas. La división social del trabajo de estas empresas implica, en algún sentido, una especialización profesional y una jerarquización del trabajo.

 

3. Circuito inferior y división local e intraurbana del trabajo

 

En las bebidas gaseosas y aguas saborizadas, la estructura y organización del circuito inferior es en parte resultado, un tanto adaptativo, de la modernización y de los cambios en las formas de consumo. Así, la producción de estas bebidas por pequeñas embotelladoras, con técnicas mucho menos modernas, facilita que una gran parte de la población, que quedaba excluida de este mercado, pueda ahora consumir bebidas gaseosas debido a la disminución de su precio.

 

La concentración de la población en esta gran ciudad media, acrecentada en temporada de veranox, permite la difusión de un circuito inferior con la aparición de todo tipo de necesidades a cubrir. Esto permite la existencia de muchas de las empresas medias y pequeñas de esta ciudad, como Embotelladora Sierras del Atlánticoxi que nació entre los años 1996-1997, produciendo bebidas gaseosas de marca Spring-up, para luego agregar la fabricación de sodas y el embotellado de agua.

 

Esta pequeña fábrica es una empresa familiar de capitales marplatenses, cuya creación se relaciona una vez más con las divisiones del trabajo pretéritas de las bebidas gaseosas de Mar del Plata, que han dejado no sólo herencias materializadas en el territorio, rugosidades, sino herencias relacionadas con prácticas sociales, plasmadas en conocimientos, en trabajo, en técnicas, en normas, etc. Desde ese enfoque, el dueño de esta pequeña embotelladora fue el jefe de mantenimiento de la Pepsi-Cola en Mar del Plata entre 1980 y 1995, año en que cerró: “con el pago de la indemnización decidió seguir haciendo lo único que sabía hacer, gaseosas, entonces realiza un proyecto de embotelladora” (Entrevista realizada en abril de 2009).

 

Debido a que el precio final de estas bebidas no puede ser alto, tampoco pueden existir elevados costos de transporte, siendo la proximidad a los mercados consumidores un importante factor de localización (Grimm, 2005). Así, esta planta se ubica al interior del entramado urbano, en zona industrial según el Código de Ordenamiento Territorial. Esta localización es una ventaja significativa para conseguir menores costos de distribución y una mayor accesibilidad al mercado urbano, presentando una división territorial del trabajo, que es local o aún de menor escala, intraurbana.

 

3.1. Técnicas artesanales, organización familiar y trabajo intensivo: fluctuación y crisis

 

Para poder definir la fabricación de bebidas gaseosas dentro del circuito inferior de la ciudad de Mar del Plata, se debe indagar en las técnicas usadas, en las condiciones y formas de organización del trabajo al interior de la planta productora y en el tipo y capacidad de su capital. Esta embotelladora posee capitales reducidos y familiares, que posibilitan un volumen de negocios también reducido y pequeños stocks.

 

La primera línea de llenado fue construida artesanalmente por su dueño en el año 1996 y consistió en una máquina para llenar, un horno readaptado y una cinta; el costo total fue de $400 (Entrevista realizada en abril de 2009). Se compró además un camión y se registró una marca para envasar las gaseosas, Spring-up, denominación en la que observamos una de las estrategias del circuito inferior, la imitación: Seven-Up/ Spring-Up. Hasta el año 2000, que se renovó la tecnología, esta rudimentaria planta no tenía la capacidad técnica de soplar las preformas PET, por lo cual eran adquiridas ya hechas botellas; la tapa y la etiqueta eran puestas «a mano».

 

En estos primeros años, esta embotelladora sólo fabricaba gaseosas que eran llevadas a un distribuidor de la ciudad las vendía, ya que su capacidad de organización interna no les permitía realizar las ventas directamente.

 

En esta primera planta trabajaban en total tres personas: el dueño, su hermano (también desocupado de la planta de Pepsi-Cola) y un empleado que trabajaba en la producción.

Se elaboran las gaseosas a partir de aplicaciones compradas a un fabricante que las prepara en diferentes sabores, restando sólo realizar las mezclas bajo precisiones también suministradas para este mismo proveedor.

 

Santos (1979) considera que una de las características de las actividades del circuito inferior es la facilidad de entrada por ser más necesario el trabajo que el capital y, en este sentido, el entrevistado de esta firma considera que, “cualquiera puede hacer gaseosas, no hay que saber nada, Saporitti te manda todo. Con trabajo y un poco de plata ya está…” (Entrevista realizada en abril de 2009). Para esta pequeña firma el inconveniente se encuentra en vender dichas bebidas, no en elaborarlas.

 

Desde el año 2000, la posibilidad de renovar la técnica de producción pasó a ser el punto de inflexión en la modernización y ampliación del mercado de esta empresa, referido tanto al tamaño, como a la posibilidad de embotellar agua, con y sin gas, y soda. La nueva maquinaria consistió en una nueva línea de origen argentino no automática, que incluye sopladora, llenadora, etiquetadora y empaquetadora, dejándose de usar la línea anterior.

La división social del trabajo al interior de esta firma no es muy marcada habiendo rotación de tareas. Cuentan sólo con cuatro empleados en la planta y cinco personas más, que son del núcleo familiar (el dueño, sus dos hijos y sus esposas) que administran, producen, organizan la distribución, se encargan de las finanzas, manejan el camión, etc. No cuentan con personal calificado de ningún tipo.

 

La cuestión de los salarios pasa a ser un problema para esta empresa del circuito inferior, ya que los sueldos de todos los empleados de la industria de bebidas se encuentran equiparados para todas las fábricas sin diferenciar tamaño. El entrevistado afirma que Coca-Cola acuerda con el Gremio de los Trabajadores los sueldos y los aumentan con el objetivo de ejercer una presión sobre las embotelladoras de terceras marcas, cuyas alternativas son, trasladar dicho aumento al precio final de sus productos o reducir el número de empleados. La primera opción no es posible, porque estas gaseosas son competitivas en el mercado por su bajo precio, por lo cual esta empresa en los últimos tres años redujo a la mitad la cantidad de sus empleados en planta. Todo esto lleva a un aumento de la explotación del trabajo familiar, ya que esas tareas son cubiertas por los mismos dueños y al crecimiento de la desocupación (Entrevista realizada en abril de 2009).

 

Las dificultades de organización interna de esta planta hacen que la división social del trabajo sea menos marcada por lo cual, muchas veces, terminan terciarizando algunas tareas que no pueden asumir ellos con su propio funcionamiento y trabajo. En las fases de distribución y comercialización se realiza un uso intraurbano del espacio local. El mercado de bebidas Spring-up corresponde básicamente al comercio minorista de almacenes y despensas de algunos barrios más periféricos y populares de la ciudad de Mar del Plata, ya que no logran acceder a los pequeños comercios situados en barrios más céntricos.

 

Sin embargo, aunque esta planta pudo actualizar su línea de producción presenta algunas limitaciones técnicas y organizacionales, resultado de su reducido capital. Poseen un sólo ítem porque envasan solamente botellas de 2250 cm3, tipo familiar y cuentan con una sola marca y tres sabores: cola, naranja y lima limón. No pueden acceder al nuevo mercado de las bebidas saborizadas porque les falta tecnología necesaria para los procesos de tratamiento de agua, pasteurización, agregado de vitaminas y otros componentes, para lo cual además deberían contar con personal profesional capacitado (Entrevista realizada en abril de 2009). Todo esto trae como consecuencia una reducida presencia en el mercado.

 

4. Ciudad turística, medio construido y circuitos de la economía urbana en los barrios de La Perla, Güemes y San Martin

 

Una ciudad como Mar del Plata, populosa y desigual, justifica aún más la existencia de los dos circuitos de la economía pudiendo reconocerse circuitos paralelos de la comercialización en Mar del Plata. Su población varía notablemente en cantidad, calidad, frecuencia, gustos y posibilidades de consumo, de acuerdo a la fracción social a la cual pertenezca.

 

Se han seleccionado tres barrios que se distinguen por las características de su medio construido, y por las posibilidades y limitaciones como mercados consumidores: La Perla, Güemes y, San Martinxii (Mapa 1).

 

Mapa 1: Ciudad de Mar del Plata, Supermercados en Cadena. 2009

 

 

Fuente: elaboración propia, en base a Datos del Departamento de Economía de la Municipalidad del Partido de General Pueyrredón. 2009

 

El barrio La Perla es uno de los más tradicionales de la ciudad y sus costas son conocidas como las «playas de los marplatenses», ya que es el lugar de origen de los balnearios de Mar del Plata de principios del siglo XX. En la actualidad, sus usuarios son, en gran parte, habitantes permanentes de la ciudad (Rótolo, 1997). Si bien residen aquí muchos marplatenses, su medio construido se caracteriza por poseer una gran cantidad de alojamientos turísticos, departamentos en altura y casas de alquiler de temporada.

 

Ese barrio presenta así, en cuanto medio construido y en especial en cuanto mercado, una importante diferenciación entre el invierno y el veranoxiii. Existen muchos comercios de servicios personales «banales» y calificados, tales como lavanderías y consultorios de salud, y comercios minoristas, como kioscos, almacenes, despensas, panaderías, carnicerías, entre otros. Pero un número considerable de éstos trabaja sólo en temporada provocando un importante cambio en el paisaje y en la dinámica social y económica.

 

En temporada de verano, a lo largo de algunos tramos de las avenidas principales de este barrio como Avenida P. Luro y, en la zona cercana a la Plaza San Martin y edificios de Gobierno, el medio construido se carga de publicidad, en especial de grandes carteles invitando a beber gaseosas y aguas saborizadas de las marcas hegemónicas del circuito superior.

 

El barrio conocido como Güemes (Mapa 1) se localiza en la zona sur de la ciudad, en el espacio contiguo a una de las playas turísticas más importantes Playa Grande. La materialidad de su territorio se encuentra continuamente renovada por ser el lugar privilegiado de las principales inversiones privadas y públicas, en los últimos años. El nombre de este barrio hace referencia a su principal calle comercial que lo convierte en uno de los subcentros de esta ciudad. Es un «espacio luminoso» tanto por su medio construido, modernos comercios y viviendas, que incluyen antiguas casonas hoy con otros usos como clínicas por ejemplo, como por los grupos sociales que residen allí y que frecuentan esta zona comercial.

 

En cuanto a su actividad económica principal, la comercial, se destacan comercios minoristas de todo tipo reuniendo las marcas más famosas y onerosas, nacionales e internacionales y, también, modernos restaurantes y bares.

 

El tercer barrio seleccionado aquí es el denominado General San Martín (Mapa 1), localizado en el Suroeste de la ciudad, coincidente con los bordes del ejido urbano donde se sitúan las áreas más pobres de la ciudad. Lucero, et. al. (2008) lo incluyen entre los que presentan valores más bajos del índice de calidad de vida al igual que la mayoría de los barrios de la periferia Sudoeste y Oeste. Posee un medio construido verdaderamente deteriorado, con vacios urbanos, un alto porcentaje de sus calles sin asfaltar, viviendas particulares sencillas y pobres y comercios minoristas, en especial, kioscos y almacenes. Para los habitantes de este barrio, la avenida F. de la Plaza parece ser una verdadera barrera espacial, que los separa de la ciudad.

 

4.1. El circuito superior y superior marginal de supermercados: superposición de escalas de capitales

 

El circuito superior de la comercialización de alimentos y bebidas de la ciudad de Mar del Plata se caracteriza por una superposición de cadenas de supermercados según tipo y orígenes de los capitales, y una fuerte concentración económica. Existen 67 establecimientos comerciales entre hipermercados, supermercados y tiendas de descuento que pertenecen sólo a tres cadenas: Carrefour/ DIA % (capitales franceses), Super VEA/Vea/Disco (Cencosud de capitales chilenos) y, Toledo/Ahorro Fácil (de capitales locales). (Datos suministrados por el Departamento de Economía de la Municipalidad del Partido de General Pueyrredón. Febrero de 2009).

 

Se encuentran en esta ciudad sólo dos hipermercados, Carrefour y Super VEA. El primero, como su nombre lo indica, se localiza en una significativa zona de cruce de ejes viales de la ciudad, las avenidas Constitución y Zabala (Mapa 1) que permite su conexión hacia el Norte, con la autovía N° 2 y las localidades próximas del partido, y una fluida accesibilidad hacia el interior de la ciudad. Esta gran empresa corresponde a una verdadera verticalidad territorial, ya que su localización en la zona Norte de la ciudad entre un barrio muy pobre y despoblado, Aeroparque, y otros de clase media y media alta, La Florida, López de Gomara y, Los Pinares, no le impide concentrar y acumular ventas y ganancias. El hipermercado Super VEA, aunque se localiza sobre una importante avenida, se encuentra al interior de los barrios residenciales de clase media y media alta, como San José, permitiendo además un fácil acceso desde y para los barrios más céntricos.

 

Entre los supermercados, existe una fuerte presencia de sucursales de la cadena local Toledo, repartidas por todo el espacio urbano, pero aglutinados en el centro de la ciudad. Los supermercados Disco apuntan a ser los lugares de preferencia de los grupos más acomodados de la sociedad, tanto por sus condiciones edilicias, como por los tipos y marcas de los productos que comercializan.

 

Los supermercados especializados en productos de marca propia y ofertas, las Tiendas de Descuento (Hard Discount), pertenecen a grandes capitales pero están sumamente interesados en el consumo del circuito inferior. En Mar del Plata presentan un denso circuito conformado por cinco tiendas de la cadena francesa DIA % y veintisiete pertenecientes a la cadena local Ahorro Fácil, que se localizan repartidas por toda la ciudad pero con una mayor presencia en la franja periférica, al interior de los barrios.

 

El crecimiento de las tiendas de capital marplatense constituye una fuerte interferencia del circuito superior sobre el inferior. Estos supermercados avanzan en un mercado y en un medio que es típicamente del circuito inferior, donde el valor de la proximidad es una característica distintiva de los pequeños comercios. En la mayoría de los casos adquirieron autoservicios grandes de barrio que estaban funcionando, no poseen amplias dimensiones, ni sobresalen en el medio construido confundiéndose con autoservicios y hasta almacenes de barrio.

 

La desigualdad social traducida en diferentes capacidades y prácticas de consumo, se consolida y acrecienta con la aparición de todas estas formas y espacios de consumo que poseen una clientela segmentada social y culturalmente, quedando excluidos importantes grupos de población.

 

Así, en el barrio Gral. San Martínxiv no se encuentra ninguna sucursal de las cadenas de supermercado, aunque en los barrios contiguos se implantan algunas tiendas de descuento y un supermercado de la cadena local, que usa especialmente los territorios más pobres (mapa 1). En el barrio Güemes, un supermercado Disco, muy lujoso y moderno, controla la comercialización del circuito superior de toda la zona residencial sur, comercializando las líneas completas de las primeras y segundas marcas de Coca-Cola y Pepsi-Cola (en todos los tamaños de botellas PET y en latas) y todas las primeras marcas de aguas saborizadas. En este establecimiento comercial no se venden bebidas de terceras marcas de ninguna empresa.

 

En el barrio La Perla se encuentran supermercados y una tienda de descuento de la cadena local, en los que se comercializan las mismas marcas de bebidas gaseosas y a iguales precios, pero con mayor variedad de tamaños y sabores en el supermercado. Se encuentran las líneas completas de las primeras marcas de gaseosas y aguas saborizadas y sólo algunos ítems sueltos de sus segundas marcas, por ejemplo Schweppes de Coca-Cola. Como terceras marcas se venden productos de Nutreco Alimentos. En la Tienda de Descuento se comercializan todas las terceras marcas de esta última empresa.

 

Tradicionalmente las necesidades de consumo de los más pobres fueron cubiertas por el circuito inferior pero, como indica Silveira (2007, p. 159) “actualmente, la multiplicación de sucursales de grandes cadenas en el tejido urbano acompañada de propaganda y crédito, producidos para atraer ese público, representa un nuevo modo de verticalizar los ingresos de la población pobre y de disminuir las posibilidades de supervivencia de las pequeñas empresas”.

 

4.2. Comercio tradicional y circuito inferior

 

En esta ciudad, junto a este circuito superior de la comercialización, encontramos un denso circuito inferior conformado por pequeños comercios conocidos como almacenes y despensas y, una enorme masa poblacional que accede a éste por medio del consumo. Si bien se encuentran presentes en toda la ciudad, sus características cambian de acuerdo al medio construido del que forman parte y al mercado al que se dirigen, lo cual puede observarse en los diferentes barrios estudiados. En general, la amplitud del mercado de estas pequeñas empresas no supera el barrio, o aún menos, una pocas manzanas.

 

En términos de Torres Ribeiro (2005) se trata de un antiguo actor, que denomina como «mercado socialmente necesario»; esta concepción pretende evidenciar que no es la concepción hegemónica de mercado (la del circuito superior) la única versión posible de intercambios económicos.

 

En el barrio La Perla encontramos varios almacenes especialmente en temporada de verano. En todos los casos entrevistados, el local era alquilado y en el 60% de éstos sólo por la temporada, cerrando en invierno (estos locales visitados en el mes de mayo se encontraban cerrados y vacios). Ninguno superaba los seis años en antigüedad, siendo algunos de sus propietarios vecinos del barrio. Sus clientes principales son del barrio, tanto residentes permanentes como turistas. Respecto a las formas de pago, los entrevistados señalaban la necesidad de contar con dinero líquido en efectivo y no financiaban con fiado a sus clientes. Contaban, en la mayoría de los casos, con uno o dos empleados, además del trabajo familiar, para así poder efectuar horario corrido, cerrando el comercio sólo los días domingos en todos los casos entrevistados (señalaban que este día descansaban e iban a la playa). Las bebidas gaseosas y aguas saborizadas que comercializan son distribuidas en sus locales, mientras que algunos otros productos son comprados en los grandes supermercados mayoristas de la ciudad, siguiendo las ofertas. En general no contaban con teléfono fijo, computadoras, ni freezer, sólo con celulares propios. En todos los comercios declararon requerir de los servicios profesionales de un Contador Público, lo cual “revela la complejidad del sistema tributario actual, la creciente fiscalización y la incapacidad, por parte de los pequeños y medianos establecimientos, de cumplir esa etapa normativa del trabajo en el interior de la empresa” (Silveira, 2007, p. 157).

 

Con respecto a las bebidas comercializadas, en estos almacenes en general contaban con las primeras marcas de gaseosas de Coca-Cola y Pepsi-Cola y algunos pocos ítems de las segundas marcas. En algunos locales entrevistados vendían exclusivamente la línea Coca-Cola como primera marca, bajo un acuerdo por el cual la empresa global pinta gratuitamente el frente de su local a cambio de mantener dicha exclusividad. En general, las gaseosas se vendían sólo en botellas PET de diferentes tamaños, en ningún caso en vidrio ni latas. Si bien contaban con aguas saborizadas de las marcas hegemónicas, declaraban vender muy poco estas bebidas. Entre las terceras marcas de gaseosas prevalecen las bebidas de Mar del Plata Soda, especialmente All Club (comercializada a $2) y gaseosas y aguas saborizadas IVESS.

 

Las declaraciones de los comerciantes entrevistados y la observación en el trabajo de campo evidencian que estos comercios, en temporada de verano, venden bebidas a precios muy superiores respecto al invierno y a otros barrios.

 

En el barrio Güemes se hallan muy pocos de estos pequeños comerciosxv, localizados muy próximos a la calle comercial pero no sobre ese eje por el alto valor del suelo (junto a otros como verdulerías y panaderías, por ejemplo). Presentan muy buen estado edilicio y abundante cantidad y variedad de productos a comercializar, además de algunos adelantos técnicos, como computadora, teléfono fijo e Internet. Ninguno de los propietarios de estos almacenes residían en este barrio y en un sólo caso era propietario del local desde hace 20 años, mucho antes de su centralidad comercial de la calle Güemes. Los clientes principales son algunos vecinos del barrio y los empleados y dueños de los comercios lindantes, no los turistas. La forma de pago es el dinero en efectivo, sin vender fiado. Es frecuente el trabajo familiar y realizan horario corrido. También en este barrio, todos los entrevistados declaran necesitar servicios contables, lo cual hace desaparecer “la insistencia en confundir circuito inferior con informalidad” (Silveira, 2007, p. 157).

 

Las bebidas gaseosas y aguas saborizadas comercializadas en los almacenes de Güemes y La Perla son de marcas similares. Resulta interesante mencionar que entre las terceras marcas sobresalen las de Mar del Plata Soda y también la marca de gaseosas Cunnigton de PRODEA (Buenos Aires), la cual es adquirida en los autoservicios mayoristas y es usada especialmente para hacer tragos alcohólicos.

 

Sin embargo, para estos entrevistados las aguas saborizadas han quitado una gran parte del mercado consumidor a las gaseosas, siendo muy importantes las ventas de esas bebidas en sus almacenes. En estos comercios, los precios en general de las bebidas eran más caros que en otros barrios, por ejemplo las gaseosas All Club poseía un precio al público de $2,5, es decir, $0,5 más que en La Perla.

 

El barrio San Martín presenta un circuito inferior de comercialización minoristaxvi con características diferenciales y mucho más denso con respecto a los barrios ya presentados. En general, ediliciamente los locales se encontraban muy deteriorados, con condiciones muy humildes y, en varios casos, con importantes controles de seguridad como rejas, detrás de las cuales atendían a sus clientes, debido el alto grado de robos y delincuencia. En todos los casos o bien, son propietarios del local o éste formaba parte de sus propias viviendas; el trabajo es familiar, los clientes exclusivamente del barrio y se encuentran abiertos de lunes a domingos, cerrando al medio día. Tal como indica Silveira (2004) en estos comercios de contigüidad, la iliquidez no es un obstáculo, ya que se utilizan distintos tipos de dinero y de crédito, como dinero efectivo, tickets-alimentación, compra a fiado y compra con libreta. Al referirse a la relación con mayoristas, los entrevistados declaraban que generalmente ellos mismos compraban en los supermercados mayoristas porque conseguían mejores precios, con la excepción de las bebidas gaseosas que en general convenía comprarla a los distribuidores y productores. Varios de estos comercios vendían también garrafas por el alto número de familias sin conexión a gas natural.

 

Respecto a las bebidas comercializadas, se encuentran las primeras marcas de gaseosas en PET, especialmente en vidrio y, como terceras marcas económicas las gaseosas fabricadas en esta ciudad, IVESS y All Club, de Mar del Plata Soda, y Spring Up, de Embotelladora del Atlántico.

 

En este circuito se crea una verdadera economía de abajo hacia arriba, basada en un mercado concreto, fundado en el trabajo, la proximidad espacial, la vecindad y la cotidianeidad, es decir en el territorio. Para muchas de las familias que residen aquí, el mercado abstracto del circuito superior de la comercialización basado en el dinero y en el crédito institucional, es aún una barrera difícil de sobrepasar (Silveira, 2007).

 

5. Consideraciones finales

 

Las formulaciones presentadas en la Teoría de los circuitos de la economía urbana resultan ser cada día más actuales, porque nos permiten tener una visión totalizadora de la economía de las ciudades de los países subdesarrollados, imposible de reducir a una sola mirada, ni a un sólo sistema económico. Como señala Santos (1994, p. 49), en la preocupación de las economías espaciales, y de la Geografía fascinada por ella, “los pobres parecen no haber sido su objeto de preocupación (…) lo que reduce la posibilidad de comprender la realidad total, de la cual los pobres son parte integrante, en mayor número”.

De esta manera, prestar mayor atención a la segmentación de la economía urbana en un circuito superior, con una porción marginal, y un circuito inferior, permite comprender de manera más ordenada las relaciones posibles entre el espacio urbano y los actores que participan de él, en particular, las empresas y las personas.

 

En la ciudad presentada en esta investigación, encontramos una correspondencia entre empresas del circuito superior marginal y capitales de origen nacionales, aunque con diferentes tamaños. El circuito superior marginal de bebidas es un subcircuito del circuito superior, una subtotalidad, conformado por empresas que se acercan al circuito superior propiamente dicho, por sus posibilidades técnicas, por el tamaño de sus plantas, por el volumen de producción, por su mercado, entre otras características. A su vez, se corresponden con el circuito inferior al elaborar bebidas de terceras marcas, muy económicas y de baja calidad, siendo su principal mercado consumidor la masa poblacional de clases populares. Esas empresas presentan, además, limitaciones tecnológicas, incapacidad de innovación y, si bien realizan publicidad, no imponen formas de consumo.

 

La existencia de un circuito inferior de bebidas gaseosas pero especialmente, del circuito superior marginal no permite la plena oligopolizacion del circuito superior, porque siempre habrá, en nuestras ciudades, una enorme masa poblacional que no tiene acceso al consumo de las bebidas hegemónicas, y que cubre su deseo con bebidas más económicas y en pequeños comercios.

 

En general, el circuito inferior existente alrededor de la fabricación y comercialización de estas bebidas no es informal, aunque puede serlo, por lo que una vez más, llamamos la atención sobre no confundir circuito inferior con informalidad. En esta economía de los pobres, y en especial, en los pequeños comerciantes de barrio, existe un fuerte temor a los controles y normas públicas que «combaten» la informalidad, ya que, en general, estos actores marginales son los más afectados y castigados porque la economía ortodoxa no comprende otras formas de trabajo posibles. Silveira (2007, p. 162) señala que “la punición no resuelve el problema de la distancia entre formas de trabajo y de vida en una sociedad. Castiga la diversidad sin atacar los mecanismos productores de desigualdad. Es la reducción de la distancia entre el circuito superior y el circuito inferior lo que debería ser un objeto de la política en sus diferentes escalas”.

 

El circuito superior marginal ha permitido que algunas ciudades medias y grandes, como Mar del Plata, presenten nuevas dinámicas espaciales, con firmas emprendedoras, creadoras de trabajo, que han aprovechado muy bien las divisiones del trabajo pretéritas, reacomodándose al medio construido y usando y ampliando un mercado existente.

 

6. Bibliografía

 

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TORRES RIBEIRO, A.C. (2005). “Territorio usado e humanismo concreto: o mercado socialmente necessário”. Anais do X Encontro de Geógrafos da América latina. Universidade de São Paulo.

 

Notas:

 

1 Doctora en Geografía. Departamento de Geografía y Turismo. Universidad Nacional del Sur. Magister en Ciencias Sociales, con mención en Desarrollo Regional. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil. Becaria postdoctoral del CONICET en el Centro de Investigaciones Geográficas, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

i Este trabajo forma parte de la Tesis Di Nucci, J. “División territorial del trabajo y circuitos de la economía urbana: bebidas gaseosas y aguas saborizadas en Buenos Aires, Mar Del Plata y Tandil”, cuya directora es la Dra. María Laura Silveira y la directora asistente la Dra. María Amalia Lorda. Doctorado en Geografía, Departamento de Geografía y Turismo. Universidad Nacional del Sur. Argentina. 2011.

 

ii Corresponde a la población del Aglomerado Mar del Plata- Batán, tal como lo registra la Encuesta Permanente de Hogares, INDEC, 2007.

 

iii La medición de la Línea de Pobreza consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer –por medio de la compra de bienes y servicios- un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales (Lucero, et. al. 2008).

 

iv Si bien este dato nos permiten acercarnos a la situación de pobreza de una ciudad, debe tenerse en cuenta que los Planes Sociales de todo tipo creados por los Gobiernos nacional, provincial y municipal, permitieron disminuir estos valores de desocupación, subocupación y pobreza, pero enmascarando desigualdades estructurales difíciles de resolver mediante estos subsidios y trabajos precarios y aumentando la brecha en la distribución de ingresos.

 

v Se ha realizado una visita y entrevista a cada una de estas empresas en abril de 2009.

 

vi IVESS es el Instituto de Verificación de Elaboración de Soda en Sifones. Es un sistema formado por 48 empresas independientes asociadas a IVESS, las cuales son fabricantes de sodas y aguas bajo las normas de esta entidad.

 

vii Hasta mediados del año 2009, esta firma marplatense embotellaba sus productos sólo en la planta situada en esta ciudad, pero desde dicha fecha se ha convertido en una empresa multiplanta con la adquisición de la sodería IVESS de Mendoza, en la cual recientemente se elaboran gaseosas.

 

viii En octubre de 2005, la Fundación Favaloro crea Alimentos Fundación Favaloro a través de su departamento de Desarrollo de Recursos Económicos con el objetivo de proveer al mercado una variad línea de alimentos que cumplan con las siguientes condiciones al ser consumidos: ser ricos, saludables y nutritivos para todas las etapas de la vida (Información en www.alimentosfavaloro.com).

 

ix Franquicia con la institución médica Dieta Club, especializada en nutrición.

 

x Durante la última temporada enero/febrero de 2010, más de 3 millones de turistas visitaron Mar del Plata, según el titular del Ente Municipal de Turismo, Pablo Fernández (InfoRegión. 1/3/2010).

 

xi Se realizó una entrevista al hijo del dueño de esta embotelladora en el mes de abril del 2009.

 

xii El ejido municipal de la ciudad de Mar del Plata, se encuentra dividió oficialmente en ochenta y dos barrios (ver Mapa VIII en Anexo, p.279 y Tabla I, p. 280). Se han seleccionado según la calificación oficial, los barrios La Perla y Gral. San Martín. El barrio conocido como Güemes no coincide exactamente con un sólo barrio según la limitación oficial, sino que toma parte del barrio denominado Playa Grande, Divino Rostro y Além de Playa Grande.

 

xiii Se realizó un trabajo de campo, que consistió en un recorrido por este barrio y 10 entrevistas a almacenes en dos momentos, en febrero y en mayo del año 2009.

 

xiv Se realizó un trabajo de campo en mayo de 2009.

 

xv Se realizó un trabajo de campo en febrero de 2009, en el que se lograron hallar sólo 4 almacenes a los cuales se entrevistó.

 

xvi Se realizó un trabajo de campo en el mes de mayo de 2009, pudiendo listar 17 pequeños almacenes en este barrio, de los cuales sólo se lograron ocho entrevistas, ya que los propietarios no querían responder por temor a persecuciones impositivas.