4. La producción de ciudades abiertas con fronteras internas, el caso de la Argentina en los noventa

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES

Por Carlos Fidel y Gabriel Fernández

 

 

1.- INTRODUCCIÓN

 

En este trabajo se aborda la configuración del espacio urbano en la década de los noventa en la Argentina, la aproximación es desde la esfera de la producción. Desde esa perspectiva se señala el proceso global de cambio tecnológico y sus vinculaciones con el proceso de apertura e integración regional.

Las transformaciones productivas y de comercialización tuvieron efectos en el mapa social y en el plano territorial, en este estudio se realiza una aproximación a los cambios productivos del espacio urbano, cuyo estudio es parte de una investigación más amplia que se está realizando en el marco del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes.

 

2.- ENMARQUE GENERAL DEL TEMA

Las nuevas modalidades en la aplicación de innovaciones y cambios que se despliegan en los procesos y encadenamientos productivos, comerciales y de consumo; articulado a los avances que condensan originales acuerdos institucionales gubernamentales y/o privados, en la búsqueda de uniones económicas que también involucran a los países del Sur del Continente Americano, son parte y efecto de la difusión de una dinámica compleja y amplia de sucesos y factores registrados en distintas dimensiones, que cambiaron y transforman incesantemente todos los niveles de las redes de relaciones establecidas entre los países y asentamientos humanos del planeta.

Las características de organización social, articulado a las formas de representación política y a los recursos productivos internos, aunado a la forma de inserción en el mercado externo; marcó al modelo de crecimiento y distribución y localización de los centros de población y los factores de la producción de los países América Latina. La Argentina no fue ni es una excepción al esquema de desenvolvimiento económicos, sociales y la organización territorial registrados en la región.

En el transcurso al período correspondiente a la segunda guerra mundial, el modelo de la Industrialización a través de la Sustitución de Importaciones (ISI), fue el sendero adoptado de forma predominante por los equipos gubernamentales, a cargo del diseño y aplicación de las políticas económicas. El esquema estratégico de la ISI en gran parte fue mantenido en las décadas posteriores. A fines de los setenta un gobierno militar interrumpe las formas de representación democráticas e inicia un primer intento de instaurar un modelo de estabilización y apertura de neto diseño "neoliberal". En ese período en la dimensión urbana aparecen nuevas modalidades de construcción y ampliación del espacio urbano. En el interior de las principales ciudades se produce una nueva ola de construcción, orientado a satisfacer la demanda de los sectores de ingresos medios y altos, de edificios de altura multifamiliares, que siguiendo las usanzas a nivel internacional, se proyectan considerando diseños que utilizan mayores espacios destinados a lugares de encuentros y recreación en el área donde se levantan los edificios. En tanto que en la periferia urbana se produce un cambio de uso de rural a urbano, y comienzan a llevarse a cabo emprendimientos en zonas más o menos cerradas, las nuevas construcciones ponen énfasis en el uso de viviendas para descanso transitorio o de vivienda permanente, con equipamientos e infraestructura privadas que comparten los propietarios de las casas. Esos nuevos tipos de construcción buscan reemplazar al modelo de casas de uso de fin de semana, que era una modalidad habitacional que estaba localizada en ciertas zonas, pero con viviendas construidas sobre terrenos aislados entre sí.

Al mismo tiempo que la economía se abre abruptamente al flujo de bienes y servicios del mercado externo, las iniciativas de los diseños aplicados a la construcción de viviendas, destinadas a los sectores de mayores ingresos, tienden a ser cada vez más encerrados y aislados del exterior de la sociedad.

A principios de los ochenta el modelo de apertura autoritaria comienza a desplomarse atrapado por las necesidades financieras de los servicios de la deuda externa y la fuga de capitales, combinado con la regresiva distribución del ingreso.

En 1981 el Producto Bruto Interno (PBI) con relación al año anterior disminuye en 9.20%, el Producto Bruto de la Construcción (PBIC) se contrae en -12.23% y la Inversión Bruta en la Industria de la Construcción (IBIC) cae a un -12.23%. En el siguiente año continua la caída con un PBI de -2.44%, con un registro de PBIC de -9.63% y de la IBIC de -11.30 % (Ver Gráfico N:1).

El fracaso político y económico de la dictadura militar da lugar al retorno a las formas de gobierno democrático. A lo largo de los ochenta la economía Argentina fue atravesada por intensas turbulencias y por momentos de profunda contracción del mercado interno. Los perjuicios devenidos de las situaciones de crisis del modelo económico y alto endeudamiento externo, evidenciaban en parte los cambios que se registraban en el mercado internacional, y las nuevas modalidades de producción y flujos de interdependencia financieros y comerciales, que se instalaban en los países organizados con los parámetros de funcionamiento de mercado a nivel mundial.

En 1983 se origina el regreso de las formas democráticas de la gestión política, en el plano económico el desempeño de los principales indicadores continuan moviéndose de forma errática y el sector de la construcción acompaña el comportamiento de la producción. En el año 1983 se manifiestan signos de recuperación de la economía argentina, el PBI varió en 4.59%, pero el sector de la construcción fue de -1.50% del PBIC y la IBIC cae en un -11.30%. En 1984 prosigue estrechándose el sendero de la producción, el PBI cambio en un -0.10%, el PBIC fue de -11.09% y la IBIC bajó un -10.88%. En el transcurso de 1985 continúa un panorama oscuro en el comportamiento de la economía, el PBI tuvo una abrupta caída del orden del 8.78%, el PBIC cae más situándose en un -14.87% y la IBIC fue de -14.66%.

A mediados de los ochenta, cuando la forma de gobierno democrático no lograba controlar las variables macroeconómicas y no acertaba a encarrilar el desenvolvimiento económico por un camino de crecimiento, un nuevo equipo se hace cargo de la dirección de la política económica y ensaya la aplicación de un plan de estabilización denominado "Austral". Al principio tiene un buen desempeño pero termina desplomándose al final de la década, coincidiendo con el traspaso del partido en el gobierno.

La actividad productiva en los inicios del Plan aumenta, así en 1986 el PBI fue de 9.27%, PBIC crece en un 19.98% y la IBIC aumenta en 19.05%. En el año siguiente el PBI se expande sólo un 2.42% y el PBIC tiene un relativamente muy buen resultado de 14.49% y la IBIC fue de 12.81%. En los años posteriores el "Plan Austral" inicia su desmoronamiento, el PBI fue de -1.59% (1988), -10.01% (1989) y -1.70% (1990), la actividad de la construcción también decae en -2.94 (1988), -24.53 (1989), -16.14% (1990), simultáneamente la inversión sectorial expresada en la IBIC fue de -3.17% (1988), -23.95% (19899 y -15.79% (1990).

El desempeño contractivo del sector en la década de los ochenta generó un aumento de las necesidades habitacionales insatisfechas, el anterior comportamiento se explica por una suma de factores, los mismos incidieron de manera negativa en las decisiones de inversión y en la capacidad de ahorro por parte de la población destinadas a atender sus necesidades de viviendas. Queremos señalar los principales factores que incidieron para disminuir la actividad sectorial:

a) Las señales que se traducían en un encuadre de un conjunto de variadas incertidumbres acerca del comportamiento futuro de las variables macroeconómicas, que afectaban con mayor intensidad las decisiones de inversión en los procesos de producción, que requieren de lapsos relativamente mayores para su concreción; tal es el caso de la actividad de la construcción.

b) La gran inestabilidad de las variables monetarias generaba inseguridad del ingreso futuro por parte de la población, lo que limitaba las construcciones realizadas por los particulares o las familias.

c) La carencia de líneas créditos accesibles a los distintos segmentos sociales destinadas a la construcción. Un poco más de la mitad del crédito existente estaba atendido por dos entidades públicas, por un lado el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI), creado en 1977, atendía a los sectores más pobres. Por otro lado, operaba el Banco Hipotecario Nacional (BHN), que enfocaba su accionar a los sectores medios. El resto de la demanda se autofinanciaba o era atendida por una oferta de líneas de créditos informales, en general muy caros y de tiempos de devolución de corto plazo.

 

3.- TRANFORMACIONES DE LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO URBANO

A partir de la década de los noventa con la aplicación del llamado "Plan de Convertibilidad" (1991), la política económica gubernamental centró su estrategia en producir una fuerte desregulación interna, paralelamente que encaminó un proceso de privatización de un amplio conjunto de actividades que estaban gestionadas por el sector público. Simultáneamente promovió e implementó una dilatada apertura de la economía al mercado mundial, acentuando la acción estatal que se había iniciado a mediados de los ochenta en la conformación de un espacio de mercado común denominado MERCOSUR, que comprende los siguientes países: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay; en vías de asociación: Bolivia y Chile.

El proceso de desregulación, la retirada de la acción estatal y de la apertura impactó en la organización territorial y la localización de las inversiones en los centros urbanos, y en la dinámica productiva y del financiamiento del marco construido. El anterior proceso impactó en el funcionamiento del sector de la construcción, que modificó el paradigma tecnológico utilizado y las relaciones con el exterior de maquinarias, instrumentos y ciertos insumos. Cambiaron las principales fuentes de financiamiento público y privado destinados a la construcción, variaron segmentos sociales a los que estaban dirigidos los préstamos, los montos prestados, los tiempos de retorno y la tasa de interés vigente en los mercados.

Además se generaron efectos en el mercado laboral. Se intensificó el ritmo de trabajo. Disminuyeron la atención y los recursos destinados a la seguridad laboral, aumentando consecuentemente los accidentes de los trabajadores. Los distintos actores convalidaron de hecho y formalmente relaciones contractuales más precarias y en detrimento de las condiciones de la fuerza de trabajo, que en el encuadre de los altos niveles de desempleo a la hora de la negociación está en situación de clara debilidad.

Desde la implementación del programa de transformación económica a comienzos de la década, el PBI creció cerca del 50%, mientras que el empleo lo hizo sólo el 10%. Este débil comportamiento del desempeño del empleo ha generado entre otras sospechas la existencia de una sustitución dentro de los insumos de producción: reemplazo de mano de obra por capital y vuelco hacia técnicas "capital intensivas".

A continuación se presentan algunas tendencias generales del mercado de trabajo del sector:

a)Por sus características intrínsecas, el sector de la construcción se distinguió por su capacidad de generación de empleo. El carácter intensivo del sector hacía que el crecimiento en el nivel de actividad se tradujera, rápidamente, en generación de empleo.

b) Estimaciones basadas en la matriz insumo-producto del año 1993 (Elaborado por M.E.O y S.P.) indican que cada 10% de aumento en el producto del sector, se generarían aproximadamente 8.000 empleos en forma directa, mientras que considerando los efectos indirectos en la demanda de la industria y otros sectores, podrían generarse más de 12.500 puestos de trabajo.

El empleo en el sector de la construcción en el GBA se redujo a una tasa anual del 8% en el período 1995-1996, cuando la producción del sector cayó aproximadamente un 10% como consecuencia de la crisis financiera mundial (efecto tequila). Durante el año 1997 el empleo se expandió un 18,2% como respuesta al crecimiento cercano al 20 % para la construcción. Este efecto tambien fue difundido regionalmente, dado que el empleo creció en casi todos los aglomerados del interior procesados por las encuestas de producción y empleo del INDEC.

Desde una perspectiva teórica, los procesos de inversión pueden ser ahorradores de mano de obra o generadores de empleo. En el primer caso la implementación de nueva tecnología en actividades ya existentes, permite reducir la dotación de personal para lograr el nivel anterior de producción. En el segundo caso, el ingreso de nuevo capital permite el desarrollo de nuevos productos o el acceso a nuevos mercados, con el consiguiente incremento en la producción y el empleo.

A partir de 1991 se observa un incremento del 25 % en el uso de capital, mientras que el factor trabajo solo lo hace en un 10%. Diversos factores de orden general, generados por decisiones de política macroeconómica y vinculados con características intrínsecas a la estructura económica permiten explicar este proceso de intensificación